Armand Duplantis, el adolescente que mejora a Bubka

Con su explosión este año, Duplantis se ha convertido por derecho propio en el mejor saltador en categoría junior de la historia. Si en la temporada de pista cubierta conseguía superar el listón superado en 5,82 metros, nuevo récord de la categoría, el inicio del aire libre ha traído consigo una nueva mejora hasta 5,90 m. Una marca que deja a 10 cm de diferencia a cualquier registro no hecho por él mismo por un atleta de su edad.

El registro del atleta del Lafayette High School supone su confirmación como parte del firmamento de estrellas que componen los grandes nombres a seguir en el presente y en el futuro del atletismo, y eso con tan sólo 17 años. Su actuación en los Texas Relays, donde el sueco superó al actual campeón mundial, el canadiense Shawn Barber, con autoridad, al saltar 5,90, le permite colocarse como primero en el ránking mundial del año a la espera de que atletas como el brasileño Thiago Braz da Silva (oro en Río) o el francés Renaud Lavillenie (plusmarquista mundial con 6,16 m) compitan por primera vez en la campaña de aire libre. Solamente el polaco Pior Lisek consiguió un mejor registro en pista cubierta, con 6,00 metros.

Pero para entender los genes que componen en ADN competitivo de Armand, hay que explorar sus antecedentes familiares, y es que los Duplantis viven el atletismo, empezando por su padre Greg, antiguo pertiguista. El exatleta estadounidense consiguió volar hasta los 5,80 metros, y ahora dirige la carrera de su hijo como entrenador. Pero no se queda ahí la cosa, y es que su madre Helena, sueca, fue heptatleta y jugadora de voleibol en su juventud. Además, sigue también los pasos de su hermano Andreas, que en edad universitaria conseguía una marca de 5,42 metros en la misma prueba. Suecia puede dar gracias a la nacionalidad de su madre de que su hijo salte de amarillo y azul, ya que, en 2015, decidió competir bajo su bandera.

Pero nada comparable a la explosión que ha supuesto la llegada Armand a la élite del salto con pértiga mundial. Si en 2015, conseguía el oro en el Campeonato del Mundo juvenil de Calí (Colombia) con 5,30, la campaña pasada se elevaba sobre 5,51, y lograba el bronce en el mundial junior de Bydgoszcz, en su primer año en la categoría. Lo mejor estaba aún por llegar, y es que el saltador de 17 años, ha mejorado 39 centímetros en 2017 para instalarse por méritos propios en la élite de la pértiga mundial.

Afincando en Estados Unidos, no participó en los Europeos de Belgrado, donde, con su marca, habría conquistado la medalla de oro. Todavía no tiene la mayoría de edad y en los Mundiales de Londres será uno de los contendientes a las medallas a pesar de ser el más joven con diferencia. En su poder ya tiene el récord nacional sueco, que superó en tres centímetros.

En la comparación con algunos de los más grandes especialistas en la actualidad, y con el gran Sergey Bubka, el sueco sale ganando. Por poner un ejemplo, el saltador ucraniano, autor de 35 récords mundiales en su carrera, poseía una marca de 5,72, pero con 19 años, dos más que Duplantis y no superó los 5,90 hasta los 21. Tampoco el campeón olímpico y campeón del mundo junior en 2012, Thiago Braz da Silva, que ganó el oro en Barcelona con 5,55. Peor quedaría en este hipotético ránking el actual plusmarquista mundial, Renaud Lavillenie, que con 17 años solamente consiguió saltar 4,60 metros. El francés también protagonizaría una ascensión meteórica, para saltar 5,90 con 22 años.

La regeneración de la pértiga está en marcha. Junto a Duplantis, otro saltador del mismo año ya sabe lo que es saltar 5,70 en pista cubierta. El griego Emmanouil Karalis ya estuvo presente en Belgrado y pugnaba por los récords con Duplantis, hasta el arreón del sueco. Si a eso unimos que Barber, campeón mundial, es del año 1994, Da Silva, es del 93, y el oro europeo bajo techo, Lisek, es del 92, tres hombres que ya saben lo que es superar el listón por encima de los 6 metros, el futuro de la disciplina a nivel mundial está más que asegurado.

No se puede decir a ciencia cierta que el sueco vaya a conseguir estar por encima de tan ansiada barrera, que tuvo a Bubka como pionero, al lograrlo por primera vez en 1986, pero lo que es cierto es que, la ascensión meteórica de Duplantis promete con mandar al pasado todas las marcas que han dominado el presente, y convertirse por sí solo en el futuro de la especialidad. El primer paso ya lo ha dado, y no ha podido ser más firme.