Blog De la Calle: El último sprint de Iso

Fueron unas horas complicadas. Las noticias que llegaban desde Múnich eran confusas. Un ataque terrorista contra la delegación israelí desató el pánico en la villa olímpica durante aquellos Juegos Olímpicos de Múnich. Desde la delegación española se quiso enviar un mensaje de calma a España y uno de los rostros elegidos para tranquilizar a los familiares y aficionados fue el de José Luis Sánchez Paraíso. El velocista se colocó antes las cámaras de Televisión Española y con su voz calmada atajó cualquier síntoma de preocupación en los televidentes que esperaban con incertidumbre noticias de la expedición española.

Iso, como le conocían los amigos y familiares era un salmantino afable y sencillo con una condiciones innatas para la velocidad. Aquellos Juegos de Múnich no fueron sus primera cita olímpica, ni serían la última. Había debutado en México en 1968, donde una noche terminó cenando con Mario Moreno Cantiflas. Paraíso también participó en Montreal 76, completando tres participaciones olímpicas, algo de lo que pocos atletas españoles podían presumir entonces. Además tuvo la oportunidad de conocer en persona a Jesse Owens y Mark Spitz, dos de los deportistas más grandes de la historia de los Juegos Olímpicos.

Nacido en la localidad salmantina de Lagunilla el 27 de julio de 1942, José Luis se mudó de niño a Salamanca. Llegó al atletismo de forma casual, como contaba él mismo: “En el colegio jugaba al fútbol de extremo porque corría mucho. Un día se celebró un cross en el que competían varios colegios y me obligaron a participar. Lo gané y me proclamé campeón provincial escolar. Entonces conocí a Carlos Gil, el padre del atletismo salmantino. Me aconsejó que me dedicase a la velocidad y así empezó todo”.

Sánchez Paraíso defendió los colores de la Unión Deportiva Salamanca en las pista de atletismo, convirtiéndose en el gran dominador de la velocidad española en las décadas de los 60 y 70 al acumular ocho títulos naciones al aire libre en los 100 metros y cuatro en 200 metros. Sumando a eso otros tres títulos en pista cubierta (dos en 50 metros y otro en 60) para un total de 15 títulos de campeón de España de velocidad. Paraíso disfrutó de una longeva carrera, algo sorprendente en un velocista, ya que la pérdida de explosividad por la edad suele castigar a este tipo de atletas. “Se considera que a los 26 años el velocista comienza a pasar del punto óptimo. Algunos aguantan hasta los 28, incluso alguno pasa de los 30. Pero soy sin duda el único que ha habido en el mundo capaz de mantener su marca y mí título nacional con 37 años”, confesaba tras ganar su última final en 1979, 17 años después de la primera.

Sus apariciones en los JJOO se saldaron con sabor agridulce. Debutó en México ’68, siendo séptimo en la primera ronda para cuatro años más tarde pasar por el mal trago de retirarse en la primera ronda con el equipo de 4x100 que formaba junto a Manuel Carballo, Francesco García y Luis Sarriá. En Montreal Paraíso logró su mejor resultado en unos Juegos, al clasificarse para semifinales junto a sus compañeros Luis Sarriá, Francisco García López y Javier Martínez sacándose la espina de Múnich. Una buena despedida para el atleta más emblemático de la velocidad española, si hablamos de plusmarcas y títulos.

Con un tiempo de 10.3 manual (10.6 cronometrado) en 100 y 21.3 manual (21.6 cronometrado) en 200 metros, el salmantino colgó las zapatillas después de participar en tres Campeonatos de Europa al aire libre (1966, 71 y 74), dos en pista cubierta (1967 y 1968) y en cuatro Juegos Mediterráneos. Autor de 52 récords en la pista, José Luis Sánchez Paraíso fue rápido hasta en la forma de irse. Iso fue hallado sin vida junto a su vehículo el pasado martes en un garaje comunitario de la calle Guatemala de Salamanca. Una enorme pérdida para el atletismo español y salmantino. Un gran atleta y una persona afable. Descanse en paz José Luis Sánchez Paraíso.