Por qué la derrota ante Francia es más grave de lo previsto

Adiós a una final NBA. Pese a que la selección de Estados Unidos no ha presentado ni de lejos su mejor equipo posible en este Mundial el torneo estaba prácticamente diseñado para un enfrentamiento de histórica magnitud entre España y el USA Team, tercero de máxima entidad tras las dos últimas finales olímpicas. La experiencia NBA de la plantilla española es incluso superior a la del combinado estadounidense, formado exclusivamente por jugadores NBA. Todo estaba previsto para ese choque de trenes en una final con opciones reales para ambos equipos, especialmente para una España que pretendía, tal vez, cerrar así el periodo más dorado de su historia. Nos quedamos sin la final esperada y todo el torneo ha parecido vaciarse de repente o dejar el camino expedito para que los estadounidenses revaliden el título mundial.

Río a la vista. España afronta como próxima cita el Eurobasket de Francia de 2015 para el que está clasificada. No así con los Juegos Olímpicos de Río 2016. Para ello España está obligada a meterse en la final del Eurobasket o, en caso contrario, quedar entre los seis primeros puestos que den acceso al Preolímpico a disputar entre el 4 y 11 de julio de 2016, que acceso a las tres últimas plazas. Europeo y Preolímpico son, pues, torneos de urgencia para el combinado español.

Nuevas potencias a la vista. España disfrutaba igualmente en este torneo de un escenario donde las antiguas grandes potencias siguen sumidas en un proceso de transición. No había a la vista un tercer competidor claro por el oro. O no a la altura de USA y España. La vigente campeona de Europa, Francia, venía mermada por la triple ausencia de Noah, Parker y De Colo. En un futuro inmediato, mientras España baja un escalón selecciones como Serbia, Lituania, Eslovenia, Croacia e incluso Francia (aún tienen recorrido con el bloque intacto) deben ascender a la espera de que otras, como Italia o Rusia, recuperen su antigua jerarquía.

Pérdida irreparable de confianza. Lo ocurrido ante Francia ha roto también el fino equilibro que mantuvieron siempre en este periodo dorado plantilla, aficionados y cuerpo técnico, quedando este último en el peor lugar. Desde numerosos sectores el seleccionador español Juan Antonio Orenga es el principal acusado de lo sucedido siendo igualmente el presidente de la FEB, José Luis Sáez, situado en el centro de la diana como responsable técnico de su cuerpo de entrenadores. La gestión de la plantilla tampoco ha dejado a Orenga en el mejor lugar y muy en especial en relación a jugadores como Felipe Reyes o Víctor Claver. Su decisión de continuar al frente del equipo deberá ser ratificada con un nuevo éxito del baloncesto español. Caso contrario, esa pérdida de confianza solo podrá verse agravada.

El calvario de una renovación imposible. La generación de oro llega a su fin. Para la próxima cita del seleccionado español, el Eurobasket 2015, los grandes nombres que han conducido a España a lo más alto superarán los 35 años. Jugadores con mucho recorrido aún como Rubio, Rudy, Llull, Marc Gasol, Ibaka, Claver o Sergio Rodríguez deberán asumir el mando de una renovación que, pese a todo, no tendrá sustitutos reales para Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, José Calderón y Felipe Reyes. Todo cuanto viene detrás (Abrines, Franch, Ribas, Vives, Díez, Aguilar, Corbacho, etc.), sumando una sucesión digna, no tiene parangón con el escenario anterior.

En definitiva, vienen tiempos duros para una disciplina en la que España acumula una década como superpotencia mundial.

NUESTRA OPINIÓN: En ningún caso procede dramatizar y menos con una serie de jugadores todavía muy vivos. Pero tanto lo ocurrido ante Francia como el futuro inmediato obligan a acometer reformas en una selección que deberá ajustarse a una nueva realidad, muy distinta a la disfrutada en los últimos diez años. Algún día tenía que llegar.