Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo
Opinion
Boxeo

Blog De la Calle: Fury, los reyes de la calle

Fermín de la Calle

Actualizado 07/12/2015 a las 11:19 GMT

Pelear con los nudillos descubiertos llegó a ser una forma de ganarse la vida para los Fury. John pertenece a una estirpe de boxeadores que fraguó su leyenda en las calles de Galway, Belfast o allá donde la llevase la vida.

John Fury

Fuente de la imagen: Eurosport

Nació en la misma caravana en la que vivió hasta los 20 años. Su padre, como ocurrió antes con su abuelo, esperaba mucho de él. John recuerda que ya peleaba con diez años. "Mi padre me solía decir: 'Si pierdes contra ellos, te mataré yo mismo'. Así que no tenía más remedio que ganar", recuerda John.
Los Furys eran comerciantes de caballos de Irlanda. Pero por encima de todo eran combativos. Más de diez generaciones pelearon en las calles, con los nudillos descubiertos, antes de que John se calzase unos guantes en el ring. "Somos una raza de guerreros". Después de pelear mucho en las calles y de boxear ilegalmente en busca de dinero fácil, John se convirtió en boxeador profesional. No tuvo una carrera significativa, pero ganó lo justo para comprar una tierra en los 80 y construirse una casa en Wilmslow. Una casa en la que trapicheaba con el comercio de la chatarra, mientras en la parte posterior daba clases de boxeo y enseñaba a pelear a puño descubierto a los chicos más duros del vecindario. "Compré la tierra, construí un hogar para mi familia, y aún hoy en día, pese a vivir rodeado de futbolistas, todavía duermo en la caravana que tengo aparcada fuera de casa".
John, al que conocían en los circuitos como El Gitano, era primo de toda un celebridad en las calles: el inimitable Bartley Gorman. Gorman, primo lejano de los Fury, estaba considerado "el hombre desarmado más peligroso del mundo". El autoproclamado 'Rey de los Gitanos' jamás perdió una pelea callejera durante 25 años. Hijo de un tratante galés, aprendió a pelear con 10 años, cuando lo hacía en el gimnasio con niños mayores. "Recuerdo que peleaba llorando, asustado por su inferioridad física. Pero mis lágrimas no me impedían pegarles hasta que los tumbaba". Gorman se coronó 'Rey' a puño descubierto en las calles en 1972. Durante 25 años peleó en bares, callejones, minas, campings... Siempre con el mismo resultado. "Era una cuestión de superviviencia. O él o yo. Era sencillo. Tenía que matarlo al primer golpe. Peleaba con tipos realmente duros, así que tenía que aprovechar la primera y quizás única oportunidad que tendría de tumbarlo. Por eso muchas de mis peleas acababan tan rápido. Marcaba un par de puñetazos abajo y luego sacaba un golpe seco, duro, a la garganta. De abajo hacia arriba. El final siempre era parecido".
picture

John Fury

Fuente de la imagen: Eurosport

Una tarde, media docena de hombres propinaron a Gorman una paliza en los alrededores del hipódromo de Doncaster, mientras la reina presenciaba la clásica de la milla y media de St. Leger. Después de sobrevivir a la paliza y pasar seis meses en cuidados intensivos, Bartley buscó uno a uno a los seis tipos que le habían propinado la paliza. El Rey 'abdicó' en 1997, cuando aún imbatido, declaró: "Siento que soy demasiado inteligente como para seguir luchando". Y lo dejó. Gorman se centró en trabajar con la comunidad gitana y se convirtió en una especie de embajador gipsy, llegando a reunirse con Tony Blair y el Príncipe de Gales.
Bartley era primo lejano de John y de Peter. Peter llegó a entrenar al campeón del mundo más irracional y callejero de la historia: Mike Tyson. Mientras ocurría esto, John tuvo un hijo. Nació con tres meses de adelanto y un peso que no le daba muchas posibilidades de sobrevivir. "Salió adelante y me prometí que si lo hacía le llamaría Tyson". Así fue. Pese a que los Fury suman más de 10 generaciones de boxeadores sin guantes en la familia, Tyson no ha peleado ni una vez en la calle. El pequeño Tyson se crió viendo los vídeos de Ali de su padre. "Cada vez que subas al ring, tienes que bajar siendo un poco mejor. Ali lo hacía", le decía su padre.
Tyson siempre fue un tipo tenaz. Con ese gen indómito de los irlandeses y el ADN de pegador furibundo de los Fury. Criado entre las cuerdas de un cuadrilátero, llamó pronto la atención su corpulencia y su pesada derecha. Un día, mientras su padre John le hizo subir al ring de sparring, "me atizó duro abajo y me jodió tres costillas. Tyson tenía 14 años, pero su derecha pesaba como la de un profesional".
Cuando el pasado 28 de noviembre Tyson Fury se midió con Wladimir Klitschko en Dusseldorf con los títulos en juego de la WBA (Super), IBF, WBO, IBO y el de los pesados, su padre John recibió un permiso especial para salir de Gran Bretaña y acudir al combate. Llevaba cinco años cumpliendo una condena de 11 por participar en una pelea en la que su adversario perdió un ojo durante la pelea. Durante esos cinco años John trabajó en la biblioteca de la cárcel y su conducta fue ejemplar. Por eso John estaba aquella noche en Alemania cumpliendo su sueño: "Un Fury junto a Jack Dempsey, Ali y Mike Tyson".
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio