Un épico Nibali sentencia el Giro 2016; Valverde estará en el podio de Turín

Las crónicas no paraban de repetir la palabra “hundimiento” cuando en la décimocuarta etapa, camino de Alta Badia, Vincenzo Nibali salió muy tocado y aún más hundido de la cronoescalada de Alpe di Siusi. Hace una semana nadie –ni él mismo- sabía concretamente qué le estaba sucediendo a sus piernas y a su cabeza. Incluso se extendió el rumor de una posible retirada. Pero el Tiburón decidió no rendirse y esperar su oportunidad.

“Es cierto que llegué a pensar que todo estaba perdido, pero también que quedaban opciones. Creí que algo podía cambiar en la última semana”, dijo Nibali ya vestido de rosa con su segundo Giro en el bolsillo.

Todo cambió con la caída de Kruisjwijk contra la nieve y con su arrojo en el descenso del Agnello y con su arrancada final en Risoul el viernes. Y el Giro 2016 dio el vuelco defenitivo cuando un excelso Astana acabó de rematar al nuevo líder Esteban Chaves camino de Colle della Lombarda. Nibali y toda Italia comenzaron a volar y a distanciar al aspirante colombiano y al derrotadísimo Kruijswijk.

Justo por detrás, Alejandro Valverde supo gestionar sus fuerzas y su ambición para eliminar rivales y especialmente para seguir demostrando que a sus 36 años y en su primer Giro es un ciclista irrepetible, de los mejores de la historia del ciclismo español. El murciano tendrá su foto en el podio de Turín este domingo y la podrá poner junto a la que tiene en París y a las muchas que ya tiene de La Vuelta.