Tour de Francia 2017: Alberto Contador, menos equipo y más intangibles

Es evidente que Alberto Contador no cuenta ni con el equipo más potente ni con una escuadra capaz de acercarse al potencial del Team Sky o del Movistar. El buen Tour de Francia 2017 que haga el ciclista español dependerá de sus propias piernas, de salvar las caídas que le obligaron a retirarse el año pasado o en la edición de 2014 cuando llegaba en su mejor momento y de que sus compañeros respondan y traten de igualar esa inferioridad manifiesta respecto a los gregarios de Chris Froome.

Alberto tiene a su lado dos hombres muy importantes para la montaña, el entusiasta colombiano Jarlinson Pantano, quien ya se desvivió por él en París-Niza y un Bauke Mollema que pasará de actor principal a secundario en el Tour de Francia y que hace apenas un mes acabó séptimo en el Giro de Italia. El rol que adopte o quiera adoptar el holandés hará que las opciones de Contador aumenten o disminuyan, aunque a priori no hay dudas de que su actitud y prestaciones en carrera serán las correctas.

En las últimas ediciones, la falta de ayuda de gregarios importantes también lastró a Contador. Con su cambio de equipo ese problema no debería existir y ni el propio pinteño lo esconde, es otro ciclista desde que firmó por el Trek-Segafredo. El resto de la escuadra se divide en un bloque de velocistas que deben arropar a un John Degenkolb que buscará alguna victoria al esprint y que en teoría, luchará contra Peter Sagan por el maillot verde de la regularidad.

El Trek-Segafredo no es un súperequipo a lo Sky donde se pueden elegir peones de máximas garantías, pero la apuesta del equipo que dirige Luca Guercilena de divivir sus nueve hombres entre ayudantes natos de Contador y lanzadores para Degenkolb puede ser arriesgada para las aspiraciones del español, pero también inteligente para los intereses del equipo, ya que no pueden ni deben renunciar a las potenciales victorias del alemán. En casa se han quedado ciclistas que podrían hacer más fuerte el equipo en montaña como el estadounidense Peter Stetina, el experimentado suizo Gregory Rast o el prometedor francés Julien Bernard, hijo del mítico Jean-Françoise, una de las estrellas del pelotón en los años ochenta.

Por tanto, en las aspiraciones de Contador puede estar ganar el Tour a Froome o Quintana de tú a tú, como sostuvo hace un par de meses en un acto que compartió con la prensa y en el que estuvo presente Eurosport. Pero el madrileño es consciente y, más si cabe tras ver su rendimiento en Dauphiné estando lejos de los mejores en montaña, que el camino más corto para batir al ciclista inglés es tender emboscadas desde lejos y tratar de romper el potencial de su equipo. Ya se vio, con Alberto ejecutando el movimiento, en la pasada Vuelta a España que acabó ganando Quintana y más recientemente también pasó algo similar en la Volta a Catalunya. Vale que lo visto en aquella etapa donde Froome acabó dejándose ir poco o nada tendrá que ver con lo que se vea a partir del uno de julio en Düsseldorf, pero ya hay un camino marcado y tratar de sorprenderle y atacarle cuando menos se lo espere, será o deberíaser la estrategia clara a seguir.

A sus 34 años Alberto Contador aspira a ganar su tercer de Francia y parte por derecho propio como uno de los grandes favoritos. Pero es menos favorito que Chris Froome, Richie Porte e incluso un Nairo Quintana cuyo rendimiento será una incógnita tras perder el Giro de Italia ante Tom Dumoulin. La última vez que campeón fue campeón en París fue en 2009 (en 2010 fue desposeído de su victoria) y aunque ya ha llovido demasiado, parece que esta vez seguirá sin tener el mejor equipo a su servicio, pero al menos una ilusión y una confianza renovadas.