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Tour de Francia 2017: Marcel Kittel, el Káiser consentido

Adrián G. Roca

Publicado 12/07/2017 a las 18:36 GMT

Marcel Kittel no tiene rival al esprint en este Tour de Francia 2017. Los ciclistas que buscan la fuga del día y su momento de gloria, tampoco. Esos valientes no encuentran compañeros de aventura, por lo que repetir la casi hazaña de Maciej Bodnar en esta 11ª etapa con final en Pau, ya se antoja complicado hasta París. Por no decir imposible.

Marcel Kittel (Quick-Step) vainqueur à Bergerac pour la 4e fois sur le Tour de France 2017

Fuente de la imagen: Getty Images

En el control de firmas de Eymet, el speaker oficial del Tour de Francia presentó a Marcel Kittel como el “nuevo Káiser mundial del esprint”. Un título que hace justicia al alemán, quien horas más tarde en Pau sumaría su quinto parcial en esta edición y una más a su cada vez más extensa colección de triunfos en la carrera más importante del mundo.
Pero Kittel, de quien también se podría decir que fue el primer ciclista de la historia en ganar una etapa del Tour con frenos de disco, o que presta demasiada atención a cuidar su rubio flequillo, es un káiser consentido. Y no porque sea una especie de niño mimado del pelotón, ni tan siquiera en su actual equipo, donde aprecian más al colombiano Fernando Gaviria para construir en torno a él futuras victorias al esprint e incluso en clásicas. Marcel Kittel se ha convertido en un emperador porque el resto del pelotón, y también sus rivales en las llegadas, se lo están poniendo demasido fácil.
Sin Sagan, ni Cavendish ni Démare en carrera por diversas circunstancias y ante el declive de su compatriota André Greipel, Kittel suma cinco y llegará alguna más hasta los Campos Elíseos. En la salida de esta décima etapa, ese especie de consentimiento lo expresó el ciclista español Luis Ángel Maté, compañero de otro esprínter incapaz de rivalizar con el germano en este Tour. “Si va a ganar sí o sí. Si cuando este tío arranca revienta el asfalto”. Esta expresión con su característico acento andaluz vino acompañada de otra reflexión que cada vez tiene más poso en este Tour de Francia 2017: Lo barata que se ha puesto hacer una fuga y el escaso interés de algunos equipos y ciclistas en tomar parte de ella.
El caso es que al final, equipos como el Lotto Soudal o el Sunweb acaban ayudando a que el Quick Step tenga más cerca y más fácil esa victoria de Kittel.Controlan para que los fugados no alcancen una distancia importante y se exprimen en los kilómetros finales si se pone realmente complicado en caso de que un fugado responda. Así funciona esto, cuando el gran equipo belga casi ni facilita un lanzador final para su estrella porque él solo se basta con su potencia para arrancar y abrir de par en par el asfalto.
¿Qué pasaría pues si construir una fuga estuviera un poco más luchado por parte de equipos sin esprínters y sin intereses en la general? Pues que habría más valientes como Maciej Bodnar en el pelotón, capaces de poner en aprietos hasta menos de 400 metros de meta a Kittel y a todos sus compañeros.
Bodnar es el fiel gregario de Sagan desde hace años. Sin el eslovaco en carrera y sin el escalador Rafal Majka por caída, el Bora-Hansgrohe no tiene más objetivos en este Tour de Francia que el de buscar fortuna en alguna fuga. Y en esta búsqueda de fortuna están implicados, o deberían, otros equipos y otros ciclistas. Por ejemplo, el joven suizo Stefan Küng intentó buscar la fuga camino de Bergerac, pero se lo impidieron e incluso el grueso del pelotón no aprobó sus intenciones. El que dicen que aspira a ser el nuevo Fabian Cancellara fue noticia en la salida de esta 11ª etapa, justo un día después de ese intento y de haber dicho que quizá era “demasiado peligroso” para discutir la victoria a los esprínters. En cualquier caso, al chico le aguardan más días de gloria en su carrera.
A quien no le aguarda mucho más en el mundo del ciclismo es a Yoan Offredo, el francés del equipo Wanty que también lo intentó hace dos jornadas y también en la segunda etapa, y quien alzó la voz para denunciar la falta de interés en que haya fugas más numerosas y, por tanto, más peligrosas.
Los medios franceses fueron a por él buscando explicaciones en la jornada posterior a sus duras palabras. Pero se quedaron en papeles y tertulias galas, sin mucho más recorrido y sin mucho más protagonismo para un ciclista modesto de un equipo modesto. Al menos el Wanty, equipo belga invitado por la organización, sí lo está intentando sin visos de éxito, no así como los otros dos equipos galos que han llegado a este Tour de Francia 2017 con una Wild Card y que dejan sin espacio a formaciones de otras nacionalidades e esta carrera.
Por todos estos motivos se consienten más fáciles las siempre consentidas fugas en las etapas llanas. Y la suma de todo esto hace que Kittel sea cada día más Káiser. Por su fuerza, por su calidad y, hay que decirlo, por el consentimiento de todos.
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