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Blog Julio García Mera: El ciclo ganador del Movistar Inter

Julio García Mera

Publicado 12/09/2017 a las 08:20 GMT

Hace cinco años Movistar Inter sufría el ciclo ganador del Barça y entre el equipo blaugrana y ElPozo se repartían el protagonismo en las finales. ¿Qué ha sucedido para que el club de Torrejón lleve cuatro años dominando el fútbol sala español? Hay múltiples respuestas y enfoques.

LNFS |Ricardinho (Movistar Inter)

Fuente de la imagen: EFE

Hay múltiples respuestas y enfoques. Aporto aquí mi testimonio de lo que considero algunas de las claves de este cambio, de esta revolución silenciosa que se produjo casi sin llamar a la puerta de nadie.
Toni Nadal cuenta en su libro “Todo se puede entrenar” lo que ha hecho con Rafa desde que le cogió siendo un chaval. Y lo cuenta de una manera sencilla y amena. Y, lo que es más importante aún, advierte al lector que “eso” que ha aplicado al entrenamiento de Rafa no es la panacea de nada y que no cree que pueda aplicarse a nadie más. Seguramente lo que se ha hecho este tiempo en Movistar Inter no sirva para ningún otro club, ni incluso pueda seguir siendo válido para el propio club, ya que las exigencias, necesidades y situaciones varían constantemente. Crear es el proceso de seleccionar gradualmente entre una infinitud de posibilidades.
Lo primero que se hizo fue elegir a un entrenador de talento y del talento, alguien capaz de liderar ese cambio necesario y que diera una identidad de juego, de la cual carecía el equipo. Ese clavo del abanico fue Jesús Velasco, amante del juego de cuatro y con una trayectoria ejemplar en Italia. Jesús ha sido ese clavo sin el cual cada varilla del abanico se hubiera dispersado. Él ha provocado que las fuerzas centrífugas de cada uno que conforma el equipo (no sólo jugadores, sino que aquí incluyo directivos, cuerpo médico, resto del cuerpo técnico, etc…) se transformen en centrípetas. Él dota de sentido a cada uno de los integrantes. Es el nexo, aportando la identidad al juego, la personalidad de los campeones.
En él reside la decisión final de todo. Porque si alguien no decide, la cosa no funciona. De hecho, creo firmemente en lo que dice la Ley de Albrecht: “Las personas inteligentes unidas en una organización suelen tender hacia la estupidez colectiva”. Velasco ha convertido a Movistar Inter en una máquina de competir, en una Universidad del talento, en una organización que no para de aprender y mejorar. Llevan cuatro años uniendo competitividad y diversión, algo que en alto rendimiento es casi imposible de conseguir. Los que pagan una entrada saben que esos jugadores les van a llevar hasta El País de Nunca Jamás.
A esa apuesta por Velasco se sumó un ingrediente básico y que se pronuncia fácilmente, pero que es muy complicado de llevar a cabo: paciencia. La primera temporada del entrenador fue nula en cuanto a resultados. Cada nueva competición era un sufrimiento. Se notaba la mejoría, pero no se acababa de llegar al puerto que él pretendía. El tipo de juego que quiere Velasco exige pensar mucho durante los partidos, ver más allá de lo que se suele hacer. Y eso cuesta y eso requiere tiempo. Se tardó una temporada entera en asimilar lo que él estaba intentando transmitir. Y convenció a los jugadores. Y llegó Ricardinho, el mejor de los mejores. Y el tetris se completó.
La plantilla tiene todo lo que Velasco ha ido pidiendo: jugadores que viven entre líneas, como Borja, jugadores que dan equilibrio y orden, como Dani Japonés, alas ofensivos, como Taffy, dos zurdos que fijan arriba, Elisandro y Solano, el brasileño más polivalente, Rafa, el balance que todos querríamos tener, Gadeia, el espartano que tiene más galones dentro del equipo, Ortiz…
Y otra de las claves ha sido el crecimiento de Pola. Hace dos temporadas Velasco decidió (una decisión más) retrasarle la posición. Y Pola se reconoció, se multiplicó y se convirtió en uno de los jugadores con más influencia en los partidos decisivos tanto de Movistar Inter como de la Selección. En los momentos de batalla es William Wallace. O Mel Gibson interpretando a William Wallace.
Otro apartado que cabe destacar es el de la portería: La transición suave, que diría Del Bosque, se ha consumado durante estos años. Luis Amado ha pasado el testigo a Jesús y a Álex. Y se ha gestionado pese a la dificultad que conlleva hacerlo con el mejor jugador de fútbol sala de la historia.
Y luego están los que llevan la cultura corporativa a cada rincón del club, los que trabajan en silencio cada día, los que apenas salen en las fotos y que son indispensables: Chicho, César, Josete, Cecilio y compañía.
Podríamos seguir enumerando claves, pero hay que ir terminando. En el fondo todo lo que se ha hecho este tiempo se resume en el título del libro que publicó José Antonio Marina: “Objetivo: generar talento (cómo poner en acción la inteligencia)”.
Movistar Inter trabaja no ya para ganar, sino para batir récords. Siempre subiendo ochomiles. Y la pregunta es ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo durará este ciclo de dominio? La respuesta está en sus cabezas y sus corazones. Y nosotros tenemos el privilegio de poder ver cada semana en Eurosport a esta infatigable generación ganadora.
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Supercopa LNFS: Movistar Inter acaricia la Supercopa de España con una tremenda pegada (2-5)

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