Blog Julio García Mera: La bipedestación y la colleja inmisericorde

Nos ha robado la memoria, la atención. Nos ha cambiado la manera de observar, de pensar, de ser, de caminar.

Tardamos siglos en alejarnos del suelo, en levantarnos y caminar erguidos con la cabeza alta y las manos liberadas. Nos costó un mundo llegar a la bipedestación. Y en un “tuit” hemos vuelto al suelo. Hemos agachado la cabeza. Hemos ocupado las manos con un smartphone. Nuestra mirada sólo busca la pantalla, no el horizonte. Nuestros ojos se han hipnotizado con la tecnología. No vemos lo que está por venir, sino sólo lo que tenemos encima. Nos ha cambiado tanto los hábitos que ya no somos los mismos deportistas y las mismas personas. Porque ya no miramos más allá de nuestras punteras.

Si queremos que nuestros pies no tengan legañas, necesitamos llevar la cabeza bien alta. Si queremos que nuestros pies sepan qué hacer en cada encrucijada del partido, no debemos perder las referencias visuales de todo lo que sucede alrededor.

Tuve un entrenador en mi etapa de formación que cada vez que controlaba el balón y agachaba la cabeza, me daba un pescozón. Así aprendí eso que llaman visión periférica y se supone que desde entonces siempre intentaba tener tres opciones pensadas antes de recibir el balón. En caso contrario, ya sabía lo que tenía: colleja inmisericorde.