Japón, tetracampeona

Tadanari Lee, que hasta la final solo había disputado 45 minutos, se convirtió en el héroe de los "samuráis azules" al marcar en el minuto 110 de la prórroga en un clamoroso error de la zaga australiana tras un partido jugado de poder a poder con alternativas en los dos áreas.

El ariete nipón, que salió en la segunda parte sustituyendo a Maeda, uno de los máximos goleadores del torneo con tres goles, aprovechó el que posiblemente fuera el único error defensivo en todo el torneo de una Australia tosca, que sin embargo gozó de las mejores oportunidades durante los 120 minutos.

El ex del Liverpool, héroe nacional al convertir el gol decisivo en los cuartos de final ante Iraq, se convirtió en villano después de errar una ocasión clarísima ante la portería japonesa. Fue el meta Kawashima, elegido mejor jugador de la final, quien desbarató esa ocasión y también una de Robbie Kruse en la prórroga, sacando un cabezazo de la mismísima escuadra.

Al final, la táctica conservadora de Osieck no salió tan bien como se esperaba y Japón, con un remate inapelable de Tadanari Lee, se hizo con su cuarto título continental, lo cual le coloca por delante de Arabia Saudí e Irán, con tres. La revancha australiana, en 2015, campeonato que además organizarán en el país oceánico.