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Blog De la Calle: Dunga y la manga de traidores

Fermín de la Calle

Actualizado 16/06/2016 a las 08:47 GMT

Dedicó el Mundial 94 a la prensa, "va por ustedes manga de traidores hijos de puta", y formó en el "trivote, la aberración futbolística más grande de Brasil".

Dunga, capitaine du Brésil en 1994.

Fuente de la imagen: AFP

Nieto de italianos, sargento en el vestuario y patrón en Brasil, tras llevar a la selección a conquistar el Mundial de Japón y Corea en 2002, Luis Felipe Scolari siempre polarizó a la prensa alrededor de su controvertida figura. Su equipo jamás jugó bien, lo que dio pie a muchas críticas, pero eso nunca le preocupó. "Váyanse a escribir de poesía", advirtió a un periodista antes de zarandear a otro. Durante el Mundial de Brasil, días antes de ser laminados por Alemania en uno de los partidos más renombrados de las historias de los Mundiales, se podía leer en los diarios brasileños: "liderados por un técnico que tiene más pánico que cautela. Nuestra esperanza es el balón parado. Nuestro terror es la pelota en movimiento". Brasil, la del jogo bonito, la de Sócrates, la de Pelé, la de Zico, la de Garrincha...
El 1-7 final de Belo Horizonte desmontó el discurso resultadista de "Felipao Superstar", como le bautizó un diario. Horas después Scolari dejaba su cargo de seleccionador con el país sumido en la depresión. No solo en la futbolística, también en una crisis económica y social galopante. Y entonces la CBF retorció aún más el destino de la canarinha eligiendo a Dunga. Uno de los iconos "de la aberración futbolística más grande de Brasil: la selección del trivote". El tipo que al levantar la copa de campeón del mundo en Pasadena, en 1994, gritó a los periodistas: "Esta va por ustedes manga de traidores hijos de puta".
Hace unas horas fue despedido como seleccionador brasileño tras completar una esperpéntica Copa América del Centenario en la que resultó eliminado en un grupo sencillo con Haití, Ecuador y Perú. Después de golear a los primeros empató injustamente con los ecuatorianos, que vieron cómo les anulaban un gol legal. Sin embargo, un gol con la mano de un delantero peruano les dejaba fuera de la Copa América. La última vez que Perú le ganó un partido oficial a Brasil fue la misma noche que Muhammad Ali venció a Frazier en Manila. Hace 41 años.
La prensa brasileña no se mordió la lengua. Así Lance reseñaba un "nuevo fracaso de una selección destrozada". Globoesporte cuestionaba el gol con la mano de los peruanos, pero señalaba directamente al trabajo de Dunga. "¿Perjudicados por el gol ilegal? Sí. Pero mucho más daño causó la gestión confusa dentro y fuera de la cancha. Este es el nivel del fútbol brasileño actual. Un equipo con talento, pero sin convicciones". Y la Folha de Sao Paulo recordaba que "en el debut Brasil contó con un error del árbitro para evitar una derrota ante Ecuador".
Horas después Dunga seguía el camino de Felipao. El pivote había sido entrenador de Brasil, entre 2006 y 2010, ciclo en el que ganó la Copa América 2007 y la Copa Confederaciones 2009. Pero en esta etapa el Brasil de Dunga ha dejado mucho que desear, con 13 partidos oficiales ganando cinco, con cinco empates y tres derrotas. Así, en el grupo sudamericano de clasificación para el Mundial de Rusia, Brasil es sexta, con dos victorias, tres empates y una derrota, 11 goles a favor y ocho en contra. Se clasifican directamente los cuatro primeros y el quinto va a una repesca. Brasil está fuera.
A Marco Polo Del Nero, presidente de la CBF, se le agotó la paciencia. El hombre elegido para sustituirle es el entrenador del Corinthians, Tite. Le avala su honestidad: Tite rechazó contactos con la CBF en cuatro ocasiones, por no aceptar negociar mientras otro entrenador estaba al mando de la selección. Pero quien espere un retorno a la senda del jogo bonito se llevará un decepción. Sus equipos son sólidos, eficientes, intensos, aplicados y muy disciplinados. Hay más de Simeone que de Cruyff en su pizarra. Mucho de Ancelotti, por eso le apodan el Tano, sin sacrificar ni un gramo del sentido de equipo. Por eso su tarjeta de presentación es un puñetazo en el estómago del fútbol brasileño: "Neymar es un mal ejemplo para los niños". Sigue la fiesta...
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