El post de la post renovación: Messi, el hombre fiel

Messi, el mejor futbolista del balompié moderno, seguirá hasta 2021 como barcelonista. Acabaría (en condicional, que esto cambia mucho) su relación a los 34 años, quizás la edad del retorno a Rosario para jugar con el corazón leproso de Newell’s Old Boys. Pero eso, que es otra historia, no le impediría ser considerado como un ‘one club man’ de manual. Que llegó al Barça de niño.

Es la continuidad de Messi el mayor éxito de una directiva, la de Bartomeu, acosada por el ‘revival’ europeo del Madrid, el disgusto con TV3 por el 'seient lliure' y una forma de gestión que comenzó cronológicamente con un presidente, Sandro Rosell, que ahora está en prisión.

Esa máxima de Enrique Cerezo, su única aportación al circo del fútbol, de que el futbolista juega donde quiere se ha vuelto a cumplir con Messi, por el que gustosamente muchos clubes pudientes (que los hay y cada vez más -hace unos años se podría decir que ni existían competitivamente PSG ni Manchester City-) habrían abonado una cláusula de rescisión que ahora sube, al parecer, de 250 a 300 millones. Sube como la espuma de su sueldo, al que se sitúa en torno a la barbaridad de los 50 millones por temporada. Como si el Barça fichará un Pogba (o un Mbappé) a cada poco. De la prima de fichaje todavía no ha habido filtración.

Pero Messi los vale. Como Cristiano Ronaldo, los dos amos de esto, con las mismas virtudes y problemas. Y lo mismo que se le condenó al argentino por el eterno juego de despiste con Hacienda de los bufetes de asesores (organizaciones profesionales de la evasión de la imposición), ahora hay que felicitarlo por seguir en tiempos donde los colores no son de guerra sino de interés anual. Fidelidad bien entendida. Y pagada.