El post del postpartido: Una Liga de un minuto y medio

No era campeón desde 2012, que ya son años con lo que mueve y representa el Real Madrid en este invento. Cayó la Liga 33, que son unas cuantas, y Zinedine Zidane vio recompensado su trabajo de psicólogo oficial de una plantilla larga y capaz. También Isco, un escándalo de futbolista. Campeón justo el Madrid, con esas dosis de fortuna necesarias (los goles agónicos, algunos vientos a favor) que todo ganador final debe tener para llevarse el torneo de la regularidad.

No le hizo falta al Madrid el gol habitual agónico en la zona Ramos. Que también hubiera entrado. Ni mucho más que golpear al comienzo de cada tiempo a un Málaga comprometido que hizo, como el Éibar, lo que debía con Míchel o sin Míchel: jugar para ganar. Que todavía hay quien duda de que esto deba ser siempre así en la paranoia general instalada en los agitados entornos del fútbol.

Tampoco se libró el Madrid de la polémica en la última jornada, con el 0-2 de Benzema en posición adelantada, aunque tampoco estuvo mal el arbitraje del Camp Nou con dos penaltis de esos que desesperan a 18 competidores de la Liga de las desigualdades. El próximo VAR debe ser una revolución para que se gane por derecho siempre y seguro que los habituales vencedores serán los mismos al final, porque presupuesto es sinónimo de éxito en fútbol. Pero con menos distorsiones que últimamente.

Esta Liga la tenía encarrillada el Madrid, en realidad, de cuando ganó 0-3 en el Calderón (que se despidió este domingo para una muerte segura por la dictadura del ladrillo), de cuando empató sobre la hora en el campo del Barça o de cuando Marcelo deshizo el empate del Valencia en el Bernabéu. Muchos puntos a favor, demasiados, como para que peligrara la 33 camino de la 12.