El 'Esto es durísimo' de Jorge Lera: La noche del Topuriazo
PorJorge Lera
Actualizado 12/03/2024 a las 18:11 GMT
Lo había prometido. Había apostado muy fuerte, todo un órdago a la grande, al ponerse el cinturón, al cambiar su récord en redes y al anunciarse ya como campeón días antes del pleito. Incluso, todo esto le hizo asumir el papel de malo, de villano, para el público estadounidense.
Hay que estar muy seguro de uno mismo, porque un descalabro supondría seguro un escarnio generalizado, una humillación, un linchamiento público y una buena temporada con el rabo entre las piernas. Pero nada de eso cabía en su cabeza. Y cumplió. Cumplió con creces en una noche de ensueño que quedará en el recuerdo, en la que coincidieron los más fieles seguidores con los curiosos neófitos, los habituales con los recién llegados, los que le adoran con alguno que otro que deseaba ver cómo le cerraban el pico, que también los hay y hasta son necesarios para alcanzar la auténtica grandeza. Todo ocurrió en ese momento mágico en el que el reloj se detuvo para que se abrazaran los que madrugaron con los que trasnocharon.
El nuestro tuvo la paciencia del cazador, el aplomo del que sabe esconder sus bazas y esperar su momento. Fue la noche del Topuriazo, un misil con trayectoria de croché de derecha, no producto de la suerte sino del estudio, de la práctica, del trabajo, de la paciencia y de una maestría sobresaliente. Un derechazo que tardo largos años en llegar, a pesar de que en la pantalla se viera tan rápido como una centella. Fue el rugido de todo un país, el que acogió a su familia y que ahora festeja con orgullo sus gestas.
El nuevo rey hizo lo que manda la tradición y los códigos: abrazar al monarca caído, agradecerle la oportunidad y reconocer respetuosamente su grandeza en la historia, con la esperanza de convertirse en un digno sucesor. Y el listón está alto. Todo el honor a un gran campeón como Volkanovski, pero los deportes de combate son crueles y hasta los más grandes campeones envejecen de la noche a la mañana. Aunque haya pedido la revancha, y por su ilustre carrera derecho tenga a ella, el tiempo del gran guerrero australiano ya parece haber pasado.
Empieza la era Topuria. La duración de esta nueva etapa depende de él, pero el panorama es fascinante. Es ambicioso y ha pedido a McGregor ¡Por qué conformarse con menos! O´Malley, Makhachev, Holloway… Son todos grandes nombres, auténticas estrellas, como lo es ahora Ilia Topuria en todo el mundo. Porque en el deporte, de siempre, hay campeones y hay estrellas. Además, tras las retiradas de McGregor y Khabib, el puesto de estandarte, de peleador franquicia, de buque insignia de la UFC está vacante. Ningún campeón, desde entonces, ha sido capaz de convertirse en auténtico e indiscutible mascarón de proa. Pero vayamos paso a paso, que es lo que procede.
Veremos pronto qué nos depara el futuro más cercano, pero lo que se avecina es apasionante, como esa ansiada posibilidad de que la UFC desembarque en España. Porque tampoco podemos olvidar con qué generosidad el nuevo campeón lleva tiempo haciendo campaña para ello. Incluso en la noche más grande de su carrera, aún dentro del octágono, con la adrenalina todavía fluyendo y las emociones a flor de piel, Ilia no se olvidó de pedir una vez más, ahora con la autoridad que le otorga el cinturón, que la UFC llegue a España. Sería tremendo como impulso a este deporte en nuestro país y abriría la puerta a varios peleadores españoles para que tengan la oportunidad de meter la cabeza en la Fórmula Uno de las MMA. Y está siendo Topuria el líder de esta otra importantísima batalla.
Enhorabuena al campeón y a todo su equipo de trabajo por una gesta que quedará en la historia y gracias por habernos emocionado. Para nuestro recuerdo quedará siempre la palpitante madrugada en la que el hijo de unos emigrantes georgianos, que llegaron a Alicante en busca de nuevas oportunidades, consumó su sueño y su promesa. Pero esto no ha hecho más que empezar.
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