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Blog De la Calle: Previa Sudáfrica-Gales y Nueva Zelanda-Francia

Fermín de la Calle

Actualizado 16/10/2015 a las 20:21 GMT

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Lydiate, Faletau y Warburton

Fuente de la imagen: Other Agency

SUDÁFRICA-GALES (Twickenham, Londres)
Sudáfrica: 15 Le Roux, 14 JP Pietersen, 13 Kriel, 12 De Allende, 11 Habana; 10 Pollard, 9 Du Preez; 8 Duane Vermeulen, 7 Burger, 6 Louw, 5 De Jager, 4 Etzebeth, 3 Malherbe, 2 Bismarck du Plessis, 1 Mtawarira. Suplentes: 16 Strauss, 17 Nyakane, 18 Jannie du Plessis, 19 Du Toit, 20 Alberts, 21 Pienaar, 22 Lambie, 23 Serfontein.
Gales: 15 Anscombe; 14 Cuthbert, 13 Morgan, 12 Jamie Roberts, 11 North; 10 Biggar, 9 Gareth Davies; 8 Faletau, 7 Warburton (c), 6 Lydiate, 5 Alun Wyn Jones, 4 Charteris, 3 Samson Lee, 2 Baldwin, 1 Gethin Jenkins. Suplentes: 16 Owens, 17 Paul James, 18 Francis, 19 Bradley Davies 20 Tipuric, 21 Lloyd Williams, 22 Priestland, 23 Hook.
Hay algo, que probablemente tiene más que ver con el deseo que con la lógica, que invita a pensar que Gales tiene opciones de dar la campanada. Ese carácter indómito de los dragones que se han plantado en cuartos eliminando a Inglaterra en un partido que tuvieron perdido durante 70 minutos, en los que además sufrieron severas lesiones de varios jugadores. Y aún así fueron capaces de remontar y acabar tumbando a los anfitriones ante su público.
Analizando objetivamente este cuarto, los springboks son favoritos por su forma de competir en los Mundiales, por la solvencia de su paquete de delanteros y porque la derrota casi preventiva que sufrieron ante Japón ha mantenido al equipo de Heyneke Meyer en alerta desde entonces. El dominio del pack sudafricano en las estáticas, con una melé muy pesada y una segunda muy agresiva arriba, será uno de los pilares de su juego. Son uno de los equipos más duros en los contactos y poseen delanteros que actúan como 'ball carriers' de garantías como Etzebeth, De Jager o la tercera. Una de sus jugadas características es el maul tras touch en la 22 rival, en la que convierten el agrupamiento en una plataforma dinámica muy difícil de parar. Así que Pollard pateará más de una vez la almendra a los alrededores de la zona de marca de galesa.
Tampoco desechan el juego a la mano, con unos tres cuartos jóvenes y audaces que ganan la línea con facilidad para dejar en situación de ventaja a sus alas Habana y JP Pietersen. Pollard, De Allende (el centro moderno por antonomasia) y Kriell son los encargados de generar los espacios y atacar los pasillos. Tienen potencia y talento. Y a ellos se suma el zaguero Willy Le Roux, un 15 con un sorprendente flair para ser sudafricano. El placaje es el talón de Aquiles del fullback. La línea bok suee desplegarse en situaciones claras de ventaja o cuando puedan armar una contra ante una defensa desorganizada. Tienen un gran sentido del apoyo y trabajan bien ofensivamente el canal por el que rompen la línea de ventaja. Pero la primera opción siempre es avance de la delantera por el eje a golpe de pick & go, lo que le permite la conservación de la bola y el buen posicionamiento del resto del equipo.
Gales comparece con un XV que va recuperando efectivos. Samson Lee ya ha alcanzado la velocidad de crucero, lo que su melé agradece. En la segunda, Alun Wyn demostró ante los ingleses que sigue con hambre, mientras que la tercera es el punto gravitacional de su rugby. Todo comienza o acaba en el front row que forman Warburton, Lydiate (Tipuric) y Faletau. El paso de los minutos jugará a su favor, porque son más rápidos y jóvenes que los terceras boks. Si son capaces de equilibrar o dominar el breakdown, Gales tendrá bolas y las opciones de ganar aumentarán. Las indisciplinas que fuercen son balas para el rifle de Biggar.
Atrás hay una novedad reseñable. El explosivo Tyler Morgan, un jugador que ofrece ciertas similitudes con Shane Williams, actuará de centro. Se trata de un jugador muy vertical, con facilidad para ganar la línea de ventaja, que puede dejar a Cuthbert en situaciones francas para ensayar. Atrás aparece el neozelandés Anscombe, un 15 sobrio y táctico. Los dragones esperan mucho de Jamie Roberts y sus compañeros, porque si los delanteros galeses mantienen a su equipo en el partido, los tres cuartos son los que deben posar los ensayos que tumben a los de Meyer. Será un choque encarnizado en las abiertas.
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Francia - Nueva Zelanda (2007)

Fuente de la imagen: Eurosport

NUEVA ZELANDA-FRANCIA (Millennium Stadium, Cardiff)
Nueva Zelanda: 15 Ben Smith, 14 Milner-Skudder, 13 Conrad Smith, 12 Nonu, 11 Savea; 10 Carter, 9 Aaron Smith; 8 Read, 7 McCaw (c), 6 Kaino, 5 Whitelock, 4 Retallick, 3 Franks, 2 Coles, 1 Crockett. Suplentes: 16 Mealamu, 17 Moody, 18 Faumuina, 19 Vito, 20 Cane, 21 Kerr-Barlow, 22 Barrett, 23 Sonny Bill Williams.
Francia: 15 Spedding, 14 Nakaitaci, 13 Dumoulin, 12 Fofana, 11 Dulin; 10 Michalak, 9 Parra; 8 Picamoles, 7 Le Roux, 6 Dusautoir (c), 5 Maestri, 4 Papé, 3 Slimani, 2 Guirado, 1 Ben Arous. Suplentes: 16 Szarzewski, 17 Debaty, 18 Mas, 19 Chouly, 20 Nyanga, 21 Kockott, 22 Talès, 23 Bastareaud.
Mismo sitio, mismo rival, misma fase del torneo. Como en 2007. Los franceses se aferran al espíritu del Millenium, aquel que les llevó a doblegar a los All Blacks en el Mundial de Francia con Chabal a la cabeza. Pero lo cierto es que las circunstancias son completamente diferentes. Esta Nueva Zelanda tiene el mecanismo de juego perfectamente engrasado. Ofrece un caudal ofensivo que descose a los contrarios con el ritmo trepidante que le confiere Aaron Smith al juego. Pero para eso tiene que haber descargas rápidas y rucks limpios. Los franceses tratarán de ensuciarlos y ralentizar el juego de los neozelandeses. Buscarán la manera de romper el ritmo de juego kiwi y trabajar con bolas robadas. Para ello tienen a pescadores de la talla de Dusatoir, quien en aquel partidos de cuartos de 2007 realizó ¡38 placajes! Algo inhumano.
Si el pack francés cuenta con jugadores de poderío físico y terceras con iniciativa como Picamoles (precioso el duelo que escenificará con Kieran Read), atrás Saint-André ha aparcado a la infantería (Bastareaud) para sacar a la caballería. Después de años caminando por el lado oscuro con jugadores físicos o aperturas tácticos, Francia sale con dos jugadores achampanados (Michalak y Fofana), cuatro excelentes pateadores en la línea (Parra, Michalak, Dulin y Spedding) y un potente finalizador fidjiano (Nakaitaci). ¿Qué hace pensar eso? Que Francia va a defenderse contragolpeando, trabajando en campo rival siempre que pueda y alejando con patadas profundas al tsunami negro. El torrente ofensivo que generan Carter, Nonu y Conrad Smith tiene en Savea y Milner Skudder a dos finalizadores letales. No habrá pelotas en el suelo neozelandesas, para sortear a los terceras galos en las abiertas, y el dominio en el saque lateral de Whitelock y Retallick puede condicionar las decisiones de Michalak. En melé, a priori, los franceses están más estabilizados en su primera línea.
Nueva Zelanda quiere vengar la derrota del 2007 y todo apunta a que lo hará. El funcionamiento defensivo de Francia tiene su punto flaco en los tres cuartos, como se demostró ante Irlanda (dos ensayos tras fallo de placaje de Bastareaud y Michalak). Y los kiwis obligan a trabajar defensivamente a todos la defensa rival con constantes despliegues a uno y otro lado. Pero el problema de los franceses a día de hoy es su caótico plan de juego de ataque. Poca fiabilidad y muy limitado. Por eso Saint-André ha llamado a la revuelta a sus tres cuartos con una alineación inédita. Decía Kirwan que "los franceses son previsiblemente imprevisibles". Si Francia logra dar la sopresa, esta victoria será mucho más sonada que la de 2007. Porque delante, esta vez sí, tienen a la mejor selección de los Mundiales.
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