Blog De la Calle: Mademoiselle García, Caroline...

Caroline García se presentaba en los cuartos de final de Roland Garros con la etiqueta de gran doblista y jugadora de mucho carácter. Desde 1973 no se enfrentaban en un duelo de la segunda semana en el torneo parisino dos tenistas francesas. Alize Cornet, contra García con el morbo de una tensa relación previa como compañeras de la Copa Federación. Entrenada por su padre Louis-Paul García desde edad muy temprana, Carol se vio envuelta no hace mucho en un feo asunto en el que sugirieron que había insultado a una jugadora rumana.

Ocurrió en el torneo de Charleston y en un principio se informó que la francesa había llamado a la rumana Irina-Camelia Begu "gitana de mierda”. Sin embargo, García lo negó y la investigación posterior descartó la descalificación. Algo que la gala había advertido en las redes sociales: “Los comentarios que se han dicho sobre mi tras el partido ante Irina-Camelia Begu son completamente falsos. Siempre he tenido el máximo respeto por mis oponentes y obviamente no he dicho ninguna de las cosas de las que se me acusa. Gracias. Caroline".

Carolina, nacida el 16 de octubre de 1993 en St Germain en Laye, comenzó a jugar al tenis a los 7 años. Diez después en 2010, concluía su primer año como ‘profesional’ situada en el puesto 275 del ranking WTA y en el 19 de la categoría Junior. A Caroline se le achacaba como déficit su inestabilidad emocional y se la reconocía en la pista por su buena derecha y su notable revés a dos manos. García, pese a su versatilidad, se decantaba por la pista dura.

Cuando hace unas horas saltó a la tierra de Roland Garros para medirse a su compatriota Cozet lo hizo inusualmente relajada. “No sentía ninguna presión negativa. Antes tendría pensamientos negativos, pero me encontré firme y determinada. La final de los dobles el año pasado me ayudó y llegué con una mentalidad diferente. Quería ser positiva. Estaba bastante feliz porque iba a jugar en la Chatrier contra Alize Cornet".

García quiso quitar hierro al enfrentamiento con su compatriota con su lúdica visión del tenis: “Todos esperaban un partido tenso y todos quería ver qué pasaba en el partido, cómo iba a suceder. Esperaban una batalla. Pero yo intento ser una jugador profesional. No quiero pelear con nadie. No recuerdo lo que me dijo en la red. Y tampoco creo que se deba saber porque no fue importante. Lo que pasó, pasó. Nunca lo olvidamos. El tenis es un juego. Juego para disfrutar y ya está”.

Así es Caroline García. Una tenista que no ganó su primer título de individuales en la WTA hasta abril de 2014 en Bogotá (Colombia). Aunque su primer gran éxito fue proclamarse campeona de Francia en la categoría de 17 y 18 años en 2010. En categoría júnior demostró todo su potencial, al meterse en las rondas finales de todos los Grand Slam. Su mejor resultado fue alcanzar la final en el Abierto de EEUU donde cayó ante estadounidense Grace Min. Su carrera sufrió un punto de inflexión en 2014, cuando conquistó su primer título individual, entró en el Top 50 y cosechó sonadas victorias ante Venus Williams y Agnieszka Radwanska.

En noviembre de 2015 anunció que formaría dobles con su compatriota Kristina Mladenovic con el propósito de pelear por la medalla en los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Algo que no pudieron lograr al caer en tercera ronda sorprendentemente ante una pareja japonesa. Sin embargo, el trabajo junto a Mladenovic tuvo su premio al ganar la final de dobles en Roland Garros en 2016 y alcanzar la final del Abierto de Estados Unidos. El éxito comenzó a fraguarse en Madrid, donde doblegaron a la pareja número 1 del circuito formada por Martina Hingis y Sania Mirza (6-4, 6-4), ganando su tercer título de dobles sin conceder un solo set en la capital española. Ese mismo año conquistó el torneo de Mallorca en junio, el primer título de su carrera en hierba, eliminando por el camino a Garbiñe Muguruza. Este 2017 no había empezado bien para la francesa, que había protagonizado algunos capítulos controvertidos en su país por ausentarse en la Copa Federación. Además, una lesión en la espalda la ha mantenido lejos de las pistas con regularidad hasta mediados de mayo en el torneo de Estrasburgo. Pero a sus 23 años, su explosión en Roland Garros viene a confirmar que bajo aquella niña de carácter indómito que despuntaba en edad júnior y ha coronado el circuito en dobles se esconde una tenista de primer nivel. Francia recupera la ilusión, Caroline se divierte.