Coria, baja para RG

En las últimas semanas, las dudas sobre la participación en París de Coria, 22º de la clasificación mundial, y finalista en el Grand Slam de tierra en el 2004 se habían extendido tanto por sus problemas físicos como por su falta de confianza en el juego.

A sus 24 años, el argentino, que sufre un problema crónico en el codo, podría perderse también el torneo de Wimbledon, tercer grande del año, ya que según diversos medios, necesita al menos seis semanas para recuperarse.

Coria parece que no atraviesa su mejor momento psicológico y la derrota en la primera ronda del Masters Series de Hamburgo hace unos días indica que está lejos del jugador que asombró al mundo sobre tierra batida en 2004.

En el último partido fue eliminado por el serbio Novak Djokovic, un jugador procedente de la fase de clasificación, lo que resuelve un bagaje general en lo que va de temporada de ocho victorias y nueve derrotas.

Su mejor actuación la completó a mediados de abril en Montecarlo, en su primer contacto de la temporada con la tierra batida, su superficie favorita, en la que alcanzó los cuartos de final, fase en la que se tropezó con el español Rafael Nadal, número dos del mundo, que le derrotó en una reedición de la final de 2005 del torneo monegasco.

Desde entonces sólo ha sumado una victoria (en primera ronda en el torneo de Barcelona ante el español Galo Blanco, jugador invitado) y ha sido eliminado sucesivamente a las primeras de cambio de Múnich, Roma y Hamburgo, siempre por tenistas procedentes de la fase de clasificación y, por tanto, teóricamente inferiores a él.

Coria alcanzó la cima de su juego en 2004, cuando llegó a la final de Roland Garros, que perdió en un partido sorprendente ante su compatriota Gastón Gaudio.

Cuando parecía que tenía el partido en su mano, el de Venado Tuerto se vino abajo por problemas físicos, dejando el encuentro en manos de un Gaudio que hasta entonces parecía vencido.

El año pasado, pareció recuperar su mejor tenis y alcanzó cuatro finales, aunque en tres de ellas se tropezó con un Nadal en plena fase ascendente, que le ganó en todas ellas: Montecarlo, Roma y Pekín.

Su único título lo sumó en Umag (Croacia), tras imponerse en la final al español Carlos Moyá.