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Wimbledon 2016, Serena Williams-Angelique Kerber: Cuarto asalto a la leyenda (15:00)

Agustín Galán

Actualizado 07/07/2016 a las 17:23 GMT

Serena Williams y Angelique Kerber protagonizan la final de Wimbledon 2016, una reedición de la final del Open de Australia de este año. La menor de las Williams quiere reafirmar su condición de número uno del mundo revalidando el título en Londres, tomándose la revancha de su derrota en Melbourne a principios de año y alcanzando el récord de 22 Grand Slams que ahora tiene en solitario Steffi Graf

Serena Williams (Wimbledon 2016)

Fuente de la imagen: Reuters

Hay algo en común en los tres Grand Slams disputados hasta el momento en la presente temporada tenística: en todas las finales está presente Serena Williams, inasequible al desaliento a sus 34 años. La menor de las Williams ha visto puesta en duda su hegemonía durante el último año, precisamente desde que hace doce meses levantó su último título de Wimbledon derrotando a Garbiñe Muguruza. Desde entonces han pasado tres majors y en los tres ha terminado patinando mientras la gloria se la llevaban Flavia Pennetta, Angelique Kerber y Garbiñe Muguruza.
Será precisamente con Kerber con quien se verá las caras Serena, herida aún tras su sorprendente derrota en la final del Open de Australia de este mismo año, en la que la de Saginaw era la favorita absoluta y en la que el título terminó inaugurando la vitrina de Grand Slams de la alemana. Kerber privó a la número uno del mundo de alcanzar la estratosférica marca de 22 Grand Slams que posee Steffi Graf, la tenista a la que idolatraba de pequeña.
En Londres habrá una nueva oportunidad para que Serena Williams se ponga a la par de Steffi Graf en los libros de historia del tenis, y la estadounidense llega en un momento muy distinto respecto a los últimos Grand Slams, con una confianza en sí misma notable y un tenis arrollador que en la semifinal alcanzó su cénit, firmando un 96 % de puntos con su primer servicio, un porcentaje que roza la perfección. “Cuando estás luchando por obtener algo y lo quieres tanto, eso puede ser un obstáculo. Ahora estoy un poco más calmada y tengo más confianza, pero no significa que sea menos competitiva. Creo que la confianza trae paz y calma a los campeones y así lo siento”, reconoció Serena, haciendo referencia implícita a la presión psicológica que tuvo que soportar en los anteriores majors.
La revancha frente a Kerber también le supondrá a Serena una reconciliación consigo misma, pues aún recuerda aquel partido en el que los errores terminaron decantando la balanza del lado de la de Bremen: "Cometí muchos errores y ella tuvo pocos errores no forzados, pero fue un partido a tres sets y tengo la sensación de que lo podría haber hecho mejor. Jugó a lo grande y estaba lista para vencer, sin miedo. Esto es lo que he aprendido: cuando llego a una final no debo tener miedo, justo lo que ella la afrontó”. El mensaje es directo y sencillo: Serena ha aprendido la lección.
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Serena Williams (Wimbledon 2016)

Fuente de la imagen: AFP

Para intentar dar una nueva sorpresa, Angelique Kerber cuenta con la importante influencia de Steffi Graf, que en los últimos meses ha entrenado junto a ella. Los frutos son evidentes, pues la actuación de Kerber en Roland Garros terminó en la primera semana, interrumpiendo lo que parecía una gran progresión tras conquistar el título en Australia. En Wimbledon se ha vuelto a ver la mejor versión de Kerber, eliminando a favoritas como Simona Halep o Venus Williams en semifinales.
En la final se encontrará con la hermana menor de Venus, que tiene un torneo de Wimbledon más que Venus y espera seguir sumando trofeos a su lista. Serena aún no se ve como la referencia absoluta a nivel histórico, y apuntó en la sala de prensa que prefiere ser considerada “una de las deportistas más grandes de todos los tiempos” antes que “la mejor”. De momento ha superado a su hermana, a quien sigue teniendo como gran influencia en su carrera, y a partir del sábado espera ponerse a la misma altura de Steffi Graf. Puede haber llegado la hora de que Serena Williams suba el peldaño que le falta para ser la más grande o puede tropezar por segunda vez en una piedra llamada Angelique Kerber. A favor de la estadounidense está que siempre que ha tenido posibilidad de revancha ante las tenistas que la han derrotado en una final de Grand Slam (Venus Williams y Maria Sharapova), la vendetta se ha consumado.
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