Wimbledon 2016, Roger Federer-Marcus Wilis: La fiesta del tenis (6-0, 6-3 y 6-4)

Roger Federer: Por primera vez en la historia la Central Court del All England Club no apoyó unánimemente a Roger Federer. La intrahistoria de su rival, un humilde profesor de un club londinense, convirtió el partido en una fiesta del tenis. En un duelo en el que el tenista suizo trató de hacer disfrutar a su rival y de disfrutar el mismo. Con alguna divertida sonrisa entre puntos que convirtió el envite en una delicia para los sentidos.

Marcus Wilis: La cenicienta del torneo. El hombre milagro. El sueño de una tarde de junio. En ese escenario hizo lo que pudo y trató de sentirse cómodo, ante un jugador que demostró ser infinitamente superior. Pese a la avalancha de juego que tuvo en frente, Marcus Wilis no perdió la sonrisa e hizo disfrutar a la grada con destellos y arengas a un público entregado a su causa.

Como era de esperar a Marcus Willis le pudo el escenario. Pese a que entró en pista con claras intenciones de disfrutar del mismo y hacer de este una auténtica fiesta, el primer set se le atragantó desde el primer golpe y fue literalmente barrido por su rival en apenas 24 minutos de juego. Sin embargo, en la segunda manga cambió el guión. Con un Roger Federer más relajado, el tenista inglés encontró puntos con más facilidad y los celebró por todo lo alto. Hasta el juez de silla, con alguna divertida mueca, acabó por empatizar con la causa de Marcus Willis.

La caja de los truenos se desató en el tercer set. Ya sin nervios, el tenista británico encontró ese punto de locura en su juego que le ha llevado a esta segunda ronda de Wimbledon. Y desde ahí sí pudo competir de tú a tú a todo un Roger Federer. El tenista suizo subió la intensidad de su juego en los últimos instantes del partido para acabar poniendo fin al sueño de Marcus Willis, que salió de la pista ovacionado como un auténtico héroe nacional.

NUESTRA OPINIÓN: El tenis es un deporte donde solo resaltan las grandes figuras. Pero bajo su sombra sobreviven una gran mayoría de tenistas que apenas pueden llegar a fin de mes. Los viajes, las dietas y los hoteles son gastos que hacen de la práctica profesional de este deporte una quimera para muchos de ellos. Marcus Willis los representó hoy en la Central Court de Wimbledon ante el mejor tenista de la historia.