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Wimbledon 2017, Federer-Berdych: Lo de este tipo es de locos 7-6, 7-6 y 6-4

Álvaro Ferreres

Actualizado 14/07/2017 a las 19:37 GMT

Roger Federer vence a Tomas Berdych por 7-6, 7-6 y 6-4 y se planta en la final de Wimbledon 2017, donde se verá las caras con Marin Cilic, verdugo de Sam Querrey en la otra semifinal del Grand Slam inglés. Partido superlativo del tenista helvético, que volvió a demostrar que tiene un don de otro planeta cuando sujeta entre sus manos una raqueta de tenis. La final tendrá lugar el domingo a las 15h.

Federer celebrates after beating Berdych

Fuente de la imagen: Getty Images

PERSONAJES
Roger Federer: Hay que atreverse a inventarse ganadores y dejadas imposibles. Hay que atreverse a ser distinto a todos. Y hay que poder y saber hacerlo. Como un auténtico mago. A lo Houdini. Lo inverosímil bajo su raqueta parece posible. Hoy le obligaron a sacar conejos de su chistera, porque su rival firmó un muy buen partido, y se hinchó a hacerlo. Cerró el envite con fuegos artificiales. A lo Roger Federer. Lo de este tipo es de locos.
Tomas Berdych: Saltó a la pista calzando las zapatillas de Novak Djokovic. Daba igual. Aunque se hubiese puesto las de Michael Jordan. Pese a que jugó a un gran nivel y brilló especialmente con su saque, estuvo condenado en los instantes decisivos. Siempre a remolque. Siempre superado. Al jugador checo no le faltó ni constancia ni un plan de ataque y de juego bien ejecutado. Poco más pudo hacer.
NUDO
Primer set: Intensísimo arranque de partido. Con un Roger Federer mandando y un Tomas Berdych que fue de menos a más. El tenista checo encajó un break, pero fue capaz de remontarlo y forzar una muerte súbita donde el jugador de Basilea fue algo mejor que su rival, aunque la igualdad fue la tónica general de la primera manga. 18 ganadores y 5 saques directos fueron la carta de presentación del siete veces campeón del torneo. (53 minutos)
Segundo set: Si la primera manga fue dinamita. La segunda fue TNT. Creció la tensión y los duros intercambios no cesaron. Los saques consolidaron su dominio y sin roturas de servicio se llegó a otra muerte súbita. Y ahí apareció imperial el mejor Roger Federer. Jugó como si no fuera con él. Suelto. Excesivamente relajado. Fue insultante. Dejó cuatro a cinco puntos de locura. Se permitió una doble falta y cerró el set con un resto tremebundo. (50 minutos)
Tercer set: Dos bolas de rotura se generó el tenista checo en el sexto juego. La respuesta de Roger Federer fueron dos saques directos incontestables. La que él tuvo no la dejó escapar. Ni Tomas Berdych se dejó ir ni bajó un ápice el nivel de su juego. Pero el tenista helvético tenía las ideas muy claras y su raqueta en estado de gracia. Se lanzó a por la final de Wimbledon y cerró el partido entre fuegos de artificio. De escándalo. La grada de la Centre Court le despidió con una atronadora ovación. Le adoran.
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