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¿Qué pasó con... Ben Johnson?

Eurosport
PorEurosport

Publicado 14/08/2013 a las 22:13 GMT

De ser el hombre más rápido del mundo y batir Carl Lewis a una vida llena de extravagancias tras su sanción por dopaje y la pérdida de todos sus triunfos y récords. El canadiense Ben Johnson fue el Usain Bolt de su época, aunque ahora es recordado por causas ajenas al deporte.

1988 Olympics Men's 100m final Ben Johnson

Fuente de la imagen: Imago

Mientras el jamaicano Usain Bolt sigue siendo el más rápido en los Mundiales de atletismo de Moscú, a finales de la década de los ochenta el Usain Bolt de turno fue el canadiense Ben Johnson (Falmouth, Jamaica 1961). Ganó el oro en la prueba de los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, también fue campeón por el mundo y también detentó durante un tiempo el récord del mundo de la prueba reina de la velocidad, pero su sanción por dopaje y haber admitido que recurrió a sustancias ilegales para mejorar su rendimiento borró de un plumazo todas sus marcas.
Fue también el gran rival generacional del estadounidense Carl Lewis, forjando entre ellos uno de los grandes duelos de la historia del deporte. Pero en un control de orina le fueron detectados restos de una sustancia prohibida, estanozol. Las gran conmoción que causó en su país y en un mundo que en 1990 ya comenzaba a tener ídolos globales fue tremenda. Dos años de sanción por parte de la Asociación Internacional de Atletismo (IAAF) y condenado a perpetuidad por el ministro de deportes de su país.
Todas sus victorias y sus récords, así como sus múltiples patrocinios publicitarios fueron desapareciendo de su vida, pero Ben Johnson no desapareció del primer plano de la actualidad deportiva. Al principio trató de defender sin éxito su inocencia y paulatinamente acabó admitiendo que había recurrido al dopaje. Intentó volver a la competición tras cumplir su sanción pero jamás volvió a ser el mismo. En todos los sentidos.
Desde finales de los años noventa la vida de Ben Johnson se convirtió poco a poco en una serie de extravagancias y de diversas ocupaciones por las que volvió a ser noticia. Por ejemplo, en 1997 Diego Armando Maradona le contrató como entrenador personal en una de las vueltas al fútbol que tuvo el astro argentino. Un año después compitió contra un caballo de carreras e incluso tuvo problemas económicos que le abocaron a vender su lujoso coche deportivo.
Pero siguiendo con su colección de oficios raros, el que se lleva la palma es su contratación por el entonces presidente libio Muamar el Gadafi para que fuera entrenador del equipo de fútbol de uno de sus hijos, aunque nunca llegó a ejercer como tal.
Ya en la década de los 2000 sacó su propia línea de ropa con el lema ‘Catch me’ (‘Atrápame’ en español) y más tarde fue imagen de una bebida energética llamada ‘Cheetah Power Surge’.
Su intento de volver al mundo del atletismo, ya como entrenador se produjo en 2007 cuando se convirtió en preparador de Brakdt Fralick, pero tampoco tuvo éxito en esta aventura.
Tras un polémico juicio con uno de sus antiguos abogados debido a unos pagos no autorizados, el atleta vive retirado de los focos en su residencia en Canadá, aunque su única ventana al mundo fue su autobiografía, titulada ‘Seoul to Soul’.
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Ben Johnson en un programa de televisión

Fuente de la imagen: Imago

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