Lo que hemos aprendido del Francia-España

Ibaka y Marc, cero inspiración: Aunque Pau no estaba al 100%, fue el mejor del equipo español por culpa de la mala actuación de los otros dos pívots que más juegan. Tanto el de los Thunder como el de los Grizzlies cuajaron un partido horrible y su serie de tiro fue bochornosa.

El público debió apoyar más: Los jugadores habían reclamado que el Palacio de los Deportes fuera un infierno y pese a la buena entrada, la afición española no apretó todo lo que se esperaba.

Navarro, el único que apareció: Cuando peor estaba la selección, Juan Carlos Navarro tiró de galones para reactivar la anotación del equipo español. El jugador del Barcelona ha sido siempre uno de los jugadores más importantes y esta vez volvió a demostrar que, aunque pasen los años, cuando se enchufa España es otra.

Poca circulación y mucha precipitación desde fuera: España jugó su peor partido del campeonato, en buena parte por la poca fluidez en el ataque. Demasiadas jugadas individuales por parte de los españoles que en su mayoría acababan con un tiro lejano; esos lanzamientos, con esa ejecución, terminaban sin entrar.

Falta de rotación: Se le achacó a Orenga desde el primer partido que no supiera mover a su banquillo y al final le condenó. Los suplentes apenas tenía ritmo de partido y los titulares acabaron desfallecidos.

¿Dónde estaba Calderón?: Eso se preguntaron muchos aficionados al ver los pocos minutos del nuevo jugador de los New York Knicks. El base extremeño ha sido importante en años anteriores pero entre su falta de participación y la decisión de Orenga de ponerlo de escolta, el de Villanueva de la Serena se ha diluido.

Nuestra opinión: Tanto se habló de la final contra Estados Unidos que se eliminó a Francia antes de jugar contra ellos. Los 'bleus', pese a estar sin sus dos estrellas (Parker y Noah), jugaron un gran partido y la lección táctica de Collet a Orenga fue de libro. Se acabó el sueño de España.