Copa del Rey 2020: Que sea lo que Mirotic quiera, pero que sea

Nikola Mirotic ha hablado muy poco en los medios desde que se confirmó su fichaje bomba por el Fútbol Club Barcelona el pasado verano. Sin embargo, los medios de comunicación y una grandísima parte de la decepcionada afición del Real Madrid han hablado demasiado, pero el jugador de origen montenegrino se ha limitado a borrar su huella madridista primero y a hablar en la cancha y demostrar cada partido su estatus de jugador mejor pagado de Europa después.

Una de las razones de su vuelta al viejo continente rechazando seguir haciendo una carrera notable en la NBA se debió precisamente a que echaba de menos esa tensión competitiva que ofrecen torneos como la Copa del Rey o una Final Four de Euroliga. Mirotic está generando en la cancha unos grandes índices de valoración, anotación y otras estadísticas. A saber: llega como jugador más valorado de la liga ACB (25,2 de media por partido) y tercer máximo anotador del campeonato local (20,5).

En la exigente Euroliga también se está saliendo siendo el segundo mejor valorado (21,7) solo por detrás del imponente Shane Larkin. También está arriba en media de puntos (cuarto mejor jugador con 18,7) y también cuarto mejor reboteador (6,8).

Los números hablan por sí solos. El ruido exterior que genera Mirotic para sus rivales, también habló demasiado aunque conforme avanza la competición el discurso se ha ido templando. Es normal que la afición del Real Madrid, club que le formó y le lanzó al estrellato, esté dolida con él por haber seleccionado la oferta del eterno rival. Como igual de habitual es en el baloncesto y en cualquier deporte que esa cancha ahora rival te lo reproche, aunque en su caso bien es cierto que se rebasaron todas las líneas del respeto, con multa de la propia Euroliga incluida por diversos insultos que tuvo que escuchar.

Mirotic se ha enfrentado tres veces al Real Madrid desde su vuelta, saboreando la derrota en la final de la Supercopa ACB y el partido de la primera vuelta de Euroliga más una victoria con solvencia competición doméstica. El Clásico al que están abocadas las semifinales de la Copa del Rey de Málaga verá una entrega diferente al resto. Nada que ver con cualquiera de las anteriores porque ambos equipos llegan con estados de ánimo y forma diferentes. Incluido él.

No se equivoca la estrella del Valencia Basket Bojan Dubljevic cuando etiqueta al azulgrana como “el mejor jugador de Europa”. Y eso también lo sabe el Real Madrid. Antes los blancos tendrán que ganar a la revelación Bilbao Basket y los de Svetislav Pesic al propio Valencia en el que será el choque más duro y atractivo de los cuartos de final.

Ahora bien, el canterano del Real Madrid que ahora es emblema del Barça tendrá que seguir hablando sobre la cancha para corroborar esa condición y la de máximo favorito que ostenta el Barça. Por él, por haber ganado las dos ediciones anteriores pese a polémicas arbitrales y por el momento deportivo en el que llega el plantillón azulgrana: nueve victorias consecutivas, líder de la ACB y tercero en Euroliga con los mismos números que su eterno rival, segundo clasificado tras el Anadolu EFES.

Pero en este torneo casi ningún favoritismo vale. De hecho, la última vez en Málaga la final se resolvió por una canasta milagrosa de Sergio Llull desde la esquina que tumbó una remontada imposible de un Barça que entonces era notoriamente inferior al equipo de Pablo Laso.

Mirotic no participó en esa ´mandarina’ ganadora de Sergio Llull pero fue nombrado MVP del torneo con 32 créditos de valoración en aquella final y siendo junto a Rudy Fernández el mejor jugador en el equipo blanco. En 2014 aquel Real Madrid ‘de los récords’ perdió meses más tarde la final de la Euroliga ante el Maccabi y de forma aún más dolorosa la final liguera contra el Barcelona.

La historia y el morbo le han vuelto a colocar seis años después en este mismo escenario y en esta misma competición, pero en los polos opuestos. Esta Copa del Rey será por tanto lo que Nikola Mirotic quiera que sea y, ojalá, no lo que los árbitros decidan de forma errónea, como sucedió en las dos anteriores.