Lo que hemos aprendido del oro más épico de España

España: la unión hace la fuerza. Tras el campeonato más sufrido de esta generación, España ganó su tercera medalla de oro de la forma más plácida, solo y por fin, en la final, como lo hacen los grandes campeones. Las muchas e importantes bajas (Marc Gasol, Ricky Rubio, José Manuel Calderón, Juan Carlos Navarro, Serge Ibaka, Alex Abrines) en una selección habituada en la última década a presentare a las grandes citas con la mejor plantilla, condenó al equipo a descender al barro y jugar cada partido como si fuera una final. Pero esta generación, un equipo de leyenda, ha vuelto a confirmar que es mucho más que la suma de jugadores, principales protagonistas de creer en ellos cuando muchos dejaron de hacerlo.

Gasol y un partido para la historia. Hace un año Francia apeó a un equipo español desnortado del Mundial, en los fatídicos cuartos de final y en Madrid. Ahora un año después, los hados daban la oportunidad de resarcirse de aquel hecho. Ante casi 27.000 espectadores, ante la Francia más completa de casi siempre, con seis jugadores NBA en sus filas, ante todas las adversidades, con Rudy Fernández casi fuera de combate por dolores en la espalda y con Pau Gasol advertido de lesión en su gemelo derecho, surgió el equipo campeón en el que se ha convertido España en la última década. La selección se aferró a sus escasas posibilidades y trabajó, luchó, no se rindió. Pudo haber ganado en el tiempo reglamentario pero un triple sideral de Nicolas Batum se lo impidió y tuvo que jugar una prórroga. Al límite de sus fuerzas, de su capacidad y de su entrega, el equipo español emergió de entre sus dudas para, liderado por un Pau Gasol (40 puntos, 11 rebotes) para el que se han acabado los elogios, por manidos, volver a escribir una gesta que será recordada por todos y un partido de baloncesto para la historia.

Scariolo se corona como el mejor seleccionador. El entrenador italiano Sergio Scariolo amplía así su palmarés como seleccionador más laureado en la historia del baloncesto español, sumando el oro del Eurobasket 2015 a los títulos de campeón continental ya logrados en 2009 y 2011, y junto a la plata conquistada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Con su victoria frente a Lituania en la final la selección española se proclamó campeona de Europa por tercera vez. Scariolo amplía su palmarés como mejor seleccionador en la historia de España. Y todas las ocasiones con Scariolo en el banquillo, como técnico jefe de un equipo que añadió el tercer metal dorado a sus tres platas (1999, 2003, 2007) y sus dos bronces (2001, 2013) en estas dos últimas décadas.

La Euroliga subyace al nuevo éxito continental. Felipe Reyes, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Sergio Llull sumaron, con esta nueva medalla de oro en el Eurobasket, un nuevo triunfo a su gran temporada, en la que con el Real Madrid ganaron la Liga, la Copa del Rey, la Euroliga y la Supercopa. Los cuatro jugadores han añadido un nuevo título en las filas de la selección española. Estos cinco títulos se podrían completar la próxima semana con un sexto si el Real Madrid se impone en la Copa Intercontinental que disputará del 25 al 27 de septiembre en Sao Paulo frente al Bauru. En el caso de que España hubiese perdido la final del Eurobasket, el que hubiera sumado los cinco trofeos habría sido otro jugador madridista, el lituano Jonas Maciulis.

Los Juegos de Río, ¿último baile? Solo en la máxima cita continental España se ha adjudicado tres de los últimos cuatro oros y ocho medallas de nueve posibles en las últimas nueve ediciones. Unidas al oro en el Mundial de Japón y las dos soberbias platas en los Juegos de Pekín y Londres, esta generación de jugadores, la mejor de que ha gozado nunca el baloncesto español, merece una nueva congregación mayúscula en los Juegos Olímpicos de Río del próximo verano. Para no pocos de ellos, la llamada generación del 80 que lideran Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, y de la que forman prioritaria presencia Felipe Reyes y José Manuel Calderón, podría ser además la última. Una despedida en lo más alto es el escenario soñado.