Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

Recuerdos de cuarentena: La zapatilla de Larry Bird

José Manuel H. Tallada

Actualizado 02/04/2020 a las 16:37 GMT

Hay eventos que se magnifican con el paso de los años. Recuerdos que quedan grabados a fuego en el imaginario colectivo de toda una generación. Sin duda, el Open McDonalds de 1988 figura entre los momentos deportivos favoritos de la llamada generación Baby Boom.

Larry Bird en el Open Mc Donald's en Madrid 1988

Fuente de la imagen: Getty Images

La mayoría sólo conservamos imágenes y sensaciones de aquel mágico torneo disputado en diciembre de hace 32 años. Sin embargo, Pablo conserva algo más de aquello: una zapatilla del mismísimo Larry Bird.
Para los ajenos a esa generación, resulta complicado explicar lo que supuso la llegada de los Boston Celtics a Madrid para disputar un torneo amistoso donde también figuraban la selección de Yugoslavia, el Scavolini de Pesaro y el Real Madrid. Aceptamos que la comparativa es grandilocuente, pero podríamos decir que aquello fue más que si un español hubiera pisado la luna, fue como si la propia luna hubiera pisado el Palacio de los Deportes. Aquella panda de verdes extraterrestres habitaban, como nos contaba Trecet, cerca de las estrellas.
Esos ‘marcianos’ formaban un equipo de leyenda. Lo lideraba un chico rubio con bigote que lanzaba sin apenas levantar los pies del suelo y con una extraña mecánica de tiro llamado Lary Bird, y le acompañaban Ainge, Johnson, McHalle y Parish en un quinteto que cualquier chaval de la época podía recitar de carrerilla. Los Celtics ganaron su primer partido a la Yugoslavia de Kukoc, Divac, Radja y compañía por 28 puntos. El Real Madrid, por su parte, venció por 12 puntos a los de Pesaro. La final soñada estaba servida. El equipo blanco, liderado por Fernando Martín y Drazen Petrovic plantó cara al gigante americano durante buena parte del partido, pero terminó cayendo por 96-111.
Doce mil afortunados, entre ellos Julius Erving, pudieron presenciar en directo aquel choque en las abarrotadas gradas del antiguo Palacio de los Deportes, pero muchos miles más se quedaron fuera. Hubo quien se quedó sin entrada después de estar más de seis horas haciendo cola en las taquillas del Santiago Bernabéu en una tarde en la que hubo incluso cargas policiales. La mayoría lo vimos por la tele, escuchando ese mítico tándem formado por Pedro Barthe y Nacho Calvo.
Hubo quien se quedó sin ver el partido dentro del recinto pero probó suerte fuera. Es el caso de Pablo Ortega, un chico de 11 años que no pudo resistir la tentación de acercarse al Palacio de los Deportes tratando de estar cerca de las estrellas. Tras el partido frente a Yugoslavia, Pablo se puso en primera fila junto a su padre esperando la salida de los Celtics. Lo que apuntaba como mucho a una simple aparición se convirtió en milagro por obra y gracia de Larry Bird. El mítico jugador, quizás atraído por la sudadera de Boston que lucía el chaval, se acercó hasta él para estrecharle la mano. “Recuerdo que yo miraba su mano, en lugar de mirarle a él”, nos cuenta Pablo.
Aquello hubiera sido bastante para cualquier chico de la época. Pero lo mejor estaba por llegar. Tres días después, Pablo y su padre repitieron estrategia tras la final entre Celtics y Real Madrid, y el resultado fue mucho mejor de lo que podrían soñar. Una anécdota para contar toda la vida.
“Larry Bird fue el primero que salió, llevaba una zapatilla suya en la mano, concretamente la derecha. Ante el asombro generalizado me miró y me dio su bota en la mano (una Converse ERX-300 de color negro). Recuerdo mi estupefacción y que una persona me la quiso quitar de la mano. Mi padre, cogió la zapatilla, se la guardó en el abrigo… y nos fuimos corriendo. Recuerdo la imagen de mi padre y yo corriendo para casa como si nos hubiera tocado la lotería (en realidad fue así), y sacarla del abrigo para verla otra vez en el subterráneo que había en la calle Goya con Doctor Esquerdo”.
La zapatilla de Larry Bird
Aquel tesoro sigue teniendo un valor muy especial para Pablo. “Desde hace 32 años, guardo la zapatilla como oro en paño. Siempre la limpio, pero se está deteriorando con el paso del tiempo…Tengo un estantería con mis trofeos como jugador de fútbol, y en la parte superior está la bota presidiendo”. Sobre la posibilidad de vender o donar su tesoro, nuestro protagonista es un mar de dudas. “Es una joya de coleccionista, y valdría mucho, seguro. He pensado que esté en el Museo del Real Madrid, pero no sé… Tiene mucho valor sentimental para mí”, nos explica.
La zapatilla de Larry Bird
La zapatilla de Larry Bird
Antes de poner el punto y final a esta historia, le preguntamos a Pablo si tiene alguna idea del paradero de la otra zapatilla. “La lanzó al público una persona del staff de los Celtics, pero nunca supe nada de la otra persona”, concluye. Quién sabe, quizás en estos días de confinamiento, de limpieza y orden de casas, otro cazatesoros se haya reencontrado con la bota izquierda de Larry Bird. Y ya puestos a imaginar, no estaría nada mal que esa persona leyera esto, y poder juntar a las dos zapatillas (y a sus dueños) cuando todo esto acabe.
José Manuel H. Tallada
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio