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“Los negros de América tenemos miedo. Los hombres negros las mujeres negras, los niños negros… Estamos aterrorizados”, dijo LeBron James tras el partido en el que los Lakers ganaron a los Trail Blazers para ponerse 3-1 en su serie de primera ronda de playoffs de la NBA.
Los jugadores y la propia NBA en la ‘burbuja’ de Orlando están plenamente concienciados en la lucha contra el racismo y el #BlackLivesMatter tras la muerte de George Floyd a manos de un policía. Pero en las últimas horas el brutal tiroteo por la espalda a un ciudadano afroamericano, Jacob Blake, de 29 años por parte de un policía y presuntamente presenciado por sus hijos desde el coche, según las primeras informaciones, ha propiciado que vuelvan a alzarse las voces de los jugadores.
Los Milwaukee Bucks emitieron un comunicado apoyando las duras declaraciones de su técnico, Mike Budenholzer: “Blake estará en la mente de jugadores, técnicos y directivos durante el partido de hoy. Tenemos un partido muy importante para nosotros pero lo sucedido es mucho más importante que cualquier partido o entrenamiento en Orlando”.
El jugador de los Utah Jazz, Donovan Mitchell fue aún mucho más contundente: “Esto ya es enfermizo y es un problema real. Queremos justicia. Es una locura, no tengo palabras. Vaya mierda de hombre. Por eso no nos sentimos seguros”.