Tour de Flandes 2019: Grandeza de Valverde, show de Van der Poel y un ganador muy inesperado

Sólo tiene 25 años y hasta levantar los brazos en solitario en Ourdenaarde, ninguna victoria como ciclista profesional. Alberto Bettiol sucedió a su compatriota Alessandro Ballan más de una década después como un italiano en ganar en Flandes moviéndose en el momento adecuado y secundado por su equipo, un Education First que fue el único que jugó a ganar ante la pasividad de las grandes escuadras de especialistas en clásicas.

Es lo que tiene intentarlo desde lejos, en el momento y en el lugar adecuado. Ha mostrado buenas piernas en lo que va de primavera ciclistas y le aguarda un gran futuro, aunque a partir de ahora estará mucho más vigilado.

“Me quedo con ganas de volver”, dijo Alejandro Valverde Belmonte en meta tras finalizar en octava posición. El campeón del mundo fue protagonista, siempre bien colocado en los muros y en todos (aunque escasos) movimientos de los grandes favoritos. El desgaste no le dio para esprintar con fuerza para subir al podio, pero honró la carrera con su maillot arcoíris y demostró que todos aquellos que se preguntan por qué no corre este tipo de clásicas desde que era joven, tal vez estuvieran en lo cierto. Pero lo importante fue lo mucho que nos hizo disfrutar.

Se perfilaba como uno de los grandes favoritos y cumplió con las expectativas: cuarto en meta y una remontada llena de pundonor y clase tras irse al suelo de forma estúpida tras un reventón de su llanta o, mejor dicho, una avería mecánica provocada aparentemente por saltar un bordillo.

Soltó su mano del manillar, perdió el control de su bici y se fue al suelo de forma violenta. A partir de ahí, pese al dolor, remontó posiciones y no se rindió jamás. Que ningún gallo se moviera desde lejos le favoreció en esa persecución, tanto que aún tuvo fuerzas para intentar una última persecución a Bettiol tras el último paso por el Patterberg.

Colar al danés Kasper Asgreen como segundo clasificado en el podio debería ser un éxito para el equipo dominante Deceuninck-Quick Step. Estaban controlando la carrera con precisión hasta que llegaron los momentos decisivos. Se desgastó Stybar, Jungels no acabó de desenvolverse bien o atacar desde lejos como es su especialidad y Lampaert ya hizo suficiente con llegar en el grupo principal. Al final jugaron a no ganar y acabaron segundos, con un peón inesperado.

Wout Van Aert y el Jumbo-Visma tampoco sorprendieron, ni el BORA-Hansgrohe de Peter Sagan y sí trató de hacer algún movimiento táctico lejano el CCC de Greg Van Avermaet. Pero en las últimas selecciones nadie quiso moverse en una edición que no pasará a la historia por exhibiciones lejanas, sino por la emoción final por ver si cazaban a Bettiol, pero sin ninguna convicción.

El ganador de 2016 y tres veces campeón del mundo no está brillando especialmente en su terreno predilecto. Siempre se espera más de él: que marque los tiempos de la carrera, que llegara con alguna gran victoria previa o que su equipo se deje ver más. Pero nada de esto ocurrió. Ahora llega a Roubaix el próximo domingo lleno de dudas y sin dar ninguna sensación de dominio. Emular su show máximo del año pasado se antoja complicado. Un grande en horas bajas.

El vigente campeón en la salida de Amberes se cayó en un enganchón estúpido en el inicio de la carrera. La caída tuvo mala pinta, incluso estuvo inmóvil unos segundos dando aún más gravedad al momento. Niki Terpstra no sólo perdió una oportunidad de revalidar Monumento, sino que ha podido echar por tierra toda su temporada y su fichaje por el equipo francés Direct Energie. Una apuesta arriesgada que por culpa de este golpe le ha acabado saliendo del todo mal. Ojalá se recupere y pronto siga mostrando su clase.