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Mundiales Glasgow 2023 | Una victoria en 3 actos, drama, y una revancha vital: Así firmó Van der Poel su mayor triunfo

Eurosport
PorEurosport

Actualizado 07/08/2023 a las 08:32 GMT

Mathieu Van der Poel por fin pudo proclamarse campeón del mundo de ciclismo en ruta en la categoría absoluta, después de dos marcadas decepciones. El neerlandés cimentó la que, en sus palabras, es la mayor victoria de su carrera con una selección de ataques, añadiendo drama por una caída que le dejó tocado y sabiendo leer mejor que sus grandes rivales el técnico y peligroso circuito de Glasgow.

Van der Poel y una nueva exhibición para el recuerdo: "Es la mayor victoria en ruta de mi carrera"

Apenas dos semanas después de acabar un Tour de Francia donde no pudo anotarse ninguna victoria y, consecuentemente, llevarse más de una crítica y llegar a Glasgow con dudas, Mathieu Van der Poel supo leer mejor que nadie el complicado circuito escocés y luchar en todo momento contra la superioridad numérica y táctica de Bélgica, la mejor selección de la carrera.
El neerlandés fue uno de los grandes favoritos que se unió a ese regalo para aficionados y espectadores que fue esa sucesión de ataques y contraataques entre los grandes favoritos. Primero Alaphilippe, luego el hasta este 6 de agosto vigente campeón Remco Evenepoel, después a los movimientos de Mads Pedersen y, por supuesto, al intento de Tadej Pogacar.
El esloveno ha sido el único rival que le ha ganado una gran clásica Monumento esta temporada, siendo netamente superior en Flandes. El circuito de Glasgow, muy urbano y lleno de giros peligrosos con cortas subidas para aprovechar la explosividad de los más fuertes, era ideal para Van der Poel y muy poco apto para un Pogacar que en ningún momento perdió la cara a la carrera.
El otro rival a seguir fue Wout Van Aert por selección natural, ya que Evenepoel quemó sus escasas opciones muy pronto y Mads Pedersen, también colosal este domingo, acabó cediendo y sólo pudo ser cuarto.

El primer acto: dos disparos certeros

Van der Poel movió la carrera con inteligencia en una primera intentona para probar a sus rivales e ir limpiando el grupo de rivales. Desgaste a fuego lento y menos gente delante para, obviamente, restar peligrosidad a un circuito muy complicado y mucho más estando mojado por la lluvia final.
El ataque ganador llegó al final en la subida a Montrose Street, la parte más dura y que el propio Van der Poel ya había telegrafiado el viernes en el reconocimiento. En el único lugar donde podía hacer daño real, lo hizo. Van Aert no cerró el hueco y Pogacar y Pedersen quedaron por detrás.
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El tremendo ataque de Van der Poel para reventar a Van Aert y Pogacar en busca del arcoíris

Construyó una rápida ventaja que es clave en este tipo de carreras para despistar a los rivales. Así ganó en San Remo, contraatacando a Tadej Pogacar antes de coronar el Poggio y ya solo hasta la meta viendo cómo le perseguían. También intentó anticiparse en múltiples ocasiones en la París-Roubaix y, pese al pinchazo final de Van Aert en Carrefour de L’Arbre, el holandés fue claramente el más fuerte aquel domingo de abril y, por tanto, justo campeón.

Segundo acto: el drama de la caída

A la épica del relato se le pueden añadir más ingredientes: la sangre y el sufrimiento provocados por una caída. Cuando disponía de medio minuto de ventaja y ya volaba en solitario se fue al suelo golpeándose violentamente en su costado derecho y destrozando su zapatilla izquierda.
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La caída de Van der Poel en una curva cuando lideraba que pudo arruinar su victoria

Dolorido, pudo volver a subirse a la bici, se arrancó el cierre de su zapato que iba colgando y apretó los dientes hasta el final. Una herida en su codo, el culote raspado en el muslo derecho y todo su costado de este lado con la lycra del maillot colgando y con esa sangre visible.
La ventaja fue creciendo cuando el terceto perseguidor arrojó la toalla y en el tercer y último acto de esta victoria, “la más importante que he conseguido en ruta” en sus propias palabras, pudo saborear ese triunfo en solitario: como ha hecho en el Lungomare Italo Calvino-Vía Roma de San Remo y en velódromo André Petrieux de Roubaix esta misma temporada.

Una revancha personal que realmente son dos

Hace poco más de un año, unas adolescentes llamaban en plena madrugada en víspera del Mundial a la habitación de un hotel en Australia y Mathieu Van der Poel acabó perdiendo los papeles. Acabó en comisaria, detenido, y con muchos dedos índices señalándole por este comportamiento nada ejemplar. Era uno de los favoritos en Wollongong y, pese a todo, se subió a la bici sin apenas dormir y tras este escándalo policial para, a los pocos kilómetros, bajarse de la bici y acabar de ensuciar su imagen.
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Mathieu Van der Poel, exhausto en meta tras el Mundial

Fuente de la imagen: Eurosport

Lo recordó en su entrevista antes de vestirse de arcoíris en lo más alto del podio de Glasgow, pero esta victoria mundial de Van der Poel guarda otra intrahistoria de revancha personal. En la edición de 2019 y cuando ya estaba deslumbrando en el ciclismo de ruta procedente del ciclocross, su generosidad en los relevos e ir tan de sobrado en el grupo cabecero le acabó pasando factura. Se acabó descolgando y perdiendo todas sus opciones y entró a meta a un mundo de Mads Pedersen y Matteo Trentin. Lección vital aprendida, esa de caminar o reventar gratuitamente.
Mathieu Van der Poel, a sus 28 años, puede vestir este mismo año tres maillots diferentes de campeón del mundo en categoría absoluta: su amplia colección en ciclocross, en la prueba reina XCO de mountain bike si gana este fin de semana y ahora, por fin, en carretera. Nadie en la historia puede presumir de esto, sólo su compatriota Marianne Vos en categoría femenina.
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