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Rodriguez bate a Petacchi

PorEFE

Publicado 17/05/2004 a las 10:50 GMT

El estadounidense Fred Rodriguez (Acqua e Sapone) gana al sprint la etapa 9 del Giro de Italia, por delante de Alessandro Petacchi y de Furlan, mientras que el italiano Damiano Cunego sigue al frente de la clasificación general. La etapa vivió un sprint atípico ya que a 28 kilómetros del final una caída masiva en el seno del pelotón dejó cortados a muchos hombres, entre ellos varios especialistas

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Fuente de la imagen: Eurosport

El estadounidense Fred Rodriguez (Acqua e Sapone) gana al sprint la etapa 9 del Giro de Italia, por delante de Alessandro Petacchi y de Furlan, mientras que el italiano Damiano Cunego sigue al frente de la clasificación general. La etapa vivió un sprint atípico ya que a 28 kilómetros del final una caída masiva en el seno del pelotón dejó cortados a muchos hombres, entre ellos varios especialistas en las llegadas masivas. Este martes, jornada de descanso
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Carovigno (Italia), 17 mayo.- Fred Rodríguez, un auténtico trotamundos, pues parece no encontrarse cómodo en ninguno de los equipos en que recala (el Acqua&Sapone es el sexto desde que debutó como profesional en 1996), fue el más astuto en la llegada masiva y logró reverdecer los laureles estadounidenses, ya que desde la temporada 1998, con triunfo de Andy Hampsten, que ganó una etapa y la general, no habían subido al podio. Fue un esprint extraño, pues Petacchi llegó bien colocado, pero dio la impresión que un tanto desconcertado, ya que miraba por el rabillo del ojo a sus rivales más directos, especialmente al australiano Robbie McEwen, que no dejaba su rueda. Una guerra de guerrillas que aprovechó Rodríguez para conseguir uno de los triunfos más importantes de su carrera, pues su labor suele ser trabajar para otros.
Rodríguez invirtió en los 142 kilómetros, entre Policoro y Carovigno, 4 horas, 4 minutos y 38 segundos; el mismo tiempo que los italianos Alessandro Petacchi y Angelo Furlan que daban tiempo al grupo principal, por lo que la general no sufre cambios en sus primeros puestos y sigue comandada por el italiano Damiano Cunego (Saeco) con diez segundos sobre su Gilberto Simoni. La novena etapa del Giro'04 fue una especie de "borrón" en la presente edición, ya que al contrario que días anteriores los corredores parecieron regresar a esas jornadas tediosas del pasado en las que se consumían kilómetros como si de una marcha cicloturista se tratara. Eran pocos kilómetros de viaje, una de las jornadas más cortas de la presente edición con 142 kilómetros, completamente llanos y por buenas carreteras, ya que muchos kilómetros tuvieron por escenario las "alfombras", el buen pavimento de las autovías y, además, tras el final les esperaba la maratoniana neutralización de casi 500 kilómetros, hasta el puerto de San Elpidio.
Dio la impresión de que era la jornada del desánimo. Primero porque los aventureros lo han intentado día tras día y no han conseguido llegar; segundo porque los esprinters están cansados de ver la parte trasera del sillín del italiano Alessandro Petacchi, dueño y señor de las llegadas masivas. También porque los aspirantes al podio, a los puestos de honor, están desesperados al no encontrar fisuras en esa especie de "Ferrari" en que se ha convertido el Saeco -color rojo oficial-, de Simoni y Cunego, pues al igual que el piloto alemán de fórmula-1 Michael Schumacher, se están mostrando infalibles hasta el momento. Harto de tanta parsimonia, de tanto respeto entre unos y otros, fue el italiano Raffaele Illiano (Colombia Selle Italia) el que inició la escapada del día hacía el kilómetro 67. A su estela se pegó su compatriota Alessandro Vanotti (De Nardi). El tirón sirvió para avivar un poco el ritmo, pues los dos equipos más en forma del Giro, Saeco y Fassa, aunaron fuerzas para controlar la escapada. El dúo no llegó a los tres minutos de diferencia.
La llegada a Corovigno era el marco ideal para los esprinters y un día más los aventureros tuvieron que conformarse con acaparar minutos televisivos y protagonismo. Tras la neutralización, en el kilómetro 120, sucedió lo mismo que en anteriores jornadas llanas del Giro. Los equipos con esprinters en su filas, especialmente el Fassa de Petacchi, pusieron un ritmo endiablado para evitar sorpresas. El final de etapa era una reproducción de las anteriores llegadas masivas, aunque el guión no se ajustó a lo previsto, pues Fred Rodríguez aprovechó el duelo particular Petacchi-McEwen para tomar la iniciativa y cruzar primero, casi sin quererlo, la línea de meta.
La carrera se reanudara el miércoles, ya que el martes es día de traslado, de Carovigno, en el tacón de la península italiana, hasta el puerto de San Elpidio, a mitad de la costa adriática, con cerca de 460 kilómetros de neutralización.
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