Juegos Olímpicos Tokio 2020 | Tom Dumoulin, plata y un triunfo aún más grande: ganar a sus 'propios demonios' mentales

Todos los focos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 apuntan hacia Simone Biles y su naturalidad para anunciar que sufre problemas de salud mental y que prioriza su bienestar antes que revalidar sus oros olímpicos y volver a ser la gran estrella mundial de una cita olímpica. Pocas horas después de que la gimnasta estadounidense sorprendiera al mundo, el neerlandés Tom Dumoulin no podía contener la emoción en la meta del circuito de Fuji tras la conclusión de la prueba contrarreloj donde se colgó la medalla de plata, revalidando así el mismo metal que consiguió hace cinco años en Río de Janeiro.

Al contrario que Biles, Tom Dumoulin anunció casi en soledad y fuera de temporada que necesitaba un paréntesis para desconectar del ciclismo profesional. El pasado 23 de enero de este mismo año y de común acuerdo con su equipo, el Jumbo-Visma, decidió dejar de competir sin poner una fecha definida a una hipotética vuelta.

¿La causa? En este sentido, dejó un mensaje claro y de una brutal honestidad tal y como Biles manifestó que debía luchar contra sus “demonios internos”. Tom Dumoulin dejó de rendir como ciclista al máximo nivel desde una caída en las primeras etapas del Giro de Italia 2019 que le obligó a retirarse. En aquella temporada volvió a competir pero siempre muy lejos de los mejores, aunque acabó fichando por el principal equipo de su país para ser la máxima estrella. Unas expectativas enormes para el único ciclista que en 2018 era capaz de plantar cara al mejor Chris Froome en una gran vuelta. Fue segundo en el Giro de Italia tras él, semanas después repitió ese mismo resultado en el Tour de Francia tras Geraint Thomas y en el Mundial de contrarreloj fue plata, solo por detrás de un Rohan Dennis superior.

Vestido de Jumbo-Visma y con el Tour de Francia 2020 como máximo objetivo, Dumoulin hizo crack a las primeras de cambio y a partir de ahí se dedicó a trabajar para un Primoz Roglic que perdió la carrera ante Pogacar en la última crono, dejando también una desoladora imagen junto a Wout Van Aert cuando vieron que el joven esloveno entraba en meta destrozando el tiempo y los sueños de su líder. El hundimiento deportivo definitivo de Dumoulin fue en La Vuelta, donde falto de piernas y motivación abandonó a las primeras de cambio, siendo su última competición antes del anuncio de ese retiro del ciclismo profesional.

“Siento tener una gran presión para rendir pero en ese proceso me olvidé un poco de mí mismo. Olvidé lo que realmente quiero de este deporte y de mi futuro. No tengo una respuesta clara”, sentenció Dumoulin añadiendo: “Me siento realmente bien para dar este paso y me siento muy apoyado”. De esta forma visibilizaba con naturalidad esos problemas mentales que le impedían rendir, una retirada prematura como la que poco tiempo antes hizo el alemán Marcel Kittel, quien abandonó el ciclismo profesional en la cima de su carrera siendo el mejor esprínter del momento.

Dumoulin no dejó de entrenar aun no sabiendo si volvería a competir y entretando dejó una imagen para la esperanza, viendo pasar al pelotón durante la Amstel Gold Race desde la misma puerta de su casa. Parecía que quería volver, pero todavía parecía perdido. Poco tiempo después, el Jumbo-Visma designó su sucesor en la alineación del equipo para el Tour de Francia: Jonas Vingegaard, quien finalmente y contra pronóstico fue segundo y a escasas semanas de la principal carrera del mundo, tanto él como el equipo anunciaron su vuelta al ciclismo profesional. Ésta no pudo ser mejor, ya que ganó una etapa en la Vuelta a Suiza para demostrar que estaba en forma y de que su ambición de repetir medalla olímpica en la prueba contrarreloj no era ni un farol y, ni mucho menos, un objetivo inalcanzable para él.

Sus lágrimas en la meta antes de recibir su presea estaban más que justificadas: Dumoulin dejó atrás esos ‘demonios’ que le perseguían y al margen del metal, ganó su carrera más importante. Demostrarse a sí mismo y a todo el mundo que se puede salir de ese bache y volver a rendir al máximo para regresar a lo más alto.