Mallorca 312: Reto superado en el paraíso ciclista

Aterrizas en Mallorca y la vista va directamente a las cientos de bicicletas y ciclistas que recorren sus carreteras. Miles de personas de todo el mundo no pueden estar equivocadas si eligen este paraíso que mezcla turismo y ciclismo. Esta frase, tal cual, le gustó a Xisco Lliteras, el director general de la marcha cicloturista internacional Mallorca 312 Iberostar Playa de Muro y también en su versión reducida Mallorca 167-Max Hürzeler Holidays.

Xisco y su interminable equipo han conseguido unir a 1.950 participantes de los cinco continentes en la quinta edición de esta marcha, además de poder presumir de que algunos de esos ciclistas eran nombres como Miguel Indurain, Óscar Freire, Óscar Pereiro, Pedro Horrillo, Joseba Beloki, Joan Horrach, Fernando Escartín, Chechu Rubiera, los recientes campeones del mundo en pista Albert Torres y David Muntaner, la triple corona (Giro, Tour y Mundial el mismo año) Stephen Roche o el rey de las clásicas en los ochenta y comentarista de British Eurosport, Sean Kelly.

Al margen de este duelo de leyendas, los verdaderos protagonistas de este evento son los que se atreven a recorrer en una misma jornada los 312 kilómetros que bordean íntegramente la isla de Mallorca o los que tras pasar por toda la Serra de Tramuntana acortan su camino hasta Playa de Muro y completan la edición reducida.

Entre esos locos se encuentra el que escribe estas líneas, editor de ciclismo en esta web y practicante muy habitual de este deporte.

Tras completar esos 312 kilómetros en diez horas justas a una media de 31,1 kilómetros por hora, y el puesto 99 de todos los participantes, te das cuenta de que el sufrimiento y el tiempo empleado merecen la pena. Al menos, para poder escalar los puertos de Femenia o Puigmayor y completar toda la Tramuntana hasta Andratx y rodar en montaña justo al lado del mar.

Debí hacer un poco más de caso las pautas básicas que me dio Pedro Horrillo, exciclista profesional que además ha completado las cinco ediciones de la Mallorca 312. “Para, come, bebe mucho y relájate en todos los avituallamientos. Plantéatelo como si cada 100 kilómetros fuera una etapa diferente, así se te hará menos pesado”.

Horrillo no se equivocaba, este periodista y ciclista ocasional sí. Verte en plena forma y estar bien entrenado no es suficiente para un éxito total en esta prueba. El recorrido más largo que había recorrido eran los 200 largos de la Quebrantahuesos y los 220 en algún entrenamiento exigente. Y, claro, si derrochas fuerzas, lo pagas.

En toda la salida neutralizada me soldé a la rueda de uno de los grandes gregarios contemporáneos, la de Chechu Rubiera, a quien acompañaba el también exprofesional Santos González. El día antes y hicimos buenas migas, e incluso nos dio algo de información del equipo ciclista de Fernando Alonso.

Pero a mitad del primer puerto mi cadencia empezó a elevarse, hasta que di con la rueda de Óscar Freire. Al acercarme al tres veces campeón del mundo, le dije, “tu rueda no se puede despreciar”, y el cántabro irrumpió en una sonora carcajada. Él me llevó al grupo donde estaban Horrillo y el mallorquín Joan Horrach. Y tras el primer avituallamiento decidí seguir mi camino con otro grupo.

Todo iba bien hasta la larga bajada del Puigmayor. Al igual que el francés Tibaut Pinot, uno no se fía de su habilidad en el descenso, y perdí de vista ese grupo. Hasta que el tercer alto logré enlazar con otro, que también se fue deshaciendo hasta las calles de Palma. Allí apareció Silvestre, propietario de la célebre tienda Retrocycle en Madrid, y se puso a tirar con fuerza de ese grupo. Los más fuertes, yo entre ellos cuando tuve la energía suficiente, dieron latigazos y mucha, mucha cera.

Demasiada para mi. Cerca de Calonge, y a falta de unos 80 kilómetros mis piernas y mi mente dijeron basta y me dejé caer hasta que fui alcanzado por otros participantes, liderados por unos veteranos británicos con una planta brutal. Ésa era la rueda, pero los imprevistos y las averías también son parte del ciclismo. La bici que me dejó Campagnolo España para hacer la 312 lleva su producto estrella, un grupo ‘Super Record’ electrónico. Mejor, imposible.

Pero el que maneja lo bueno también puede fallar, y una complicada salida de cadena me hizo perder esa rueda, casi diez minutos para arreglarlo y la posibilidad de mejorar mi tiempo en meta de haber seguido con ese grupo.

De repente, me encontré con la soledad, uno de los peores enemigos del ciclismo excepto cuando esta soledad es producida para asestar el ataque definitivo. No fue ni mucho menos el caso. Pedaleé solo, con rabia acumulada, hasta que en penúltimo avituallamiento paré a refrescarme y comer algo hasta que apareció a los pocos un nuevo nutrido grupo. Ésta sí iba a ser la rueda.

Y lo fue hasta cruzar la meta, aunque no se pudiera bajar por muy poco de las diez horas que prometí en el programa de radio Planeta Eurosport, de Radio Marca, en presencia del mismísimo Miguel Indurain.

Mallorca 312: 1. Graziano Paris (Italia): 9:08:50

Mallorca 312, mujeres: Tatjna Ruf (Alemania) 9:48:38

Mallorca 167: Claudio Monti (Italia)