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Los 4 actos de la lección total de compañerismo de Van der Poel para que Philipsen ganara la Milán-San Remo 2024

Eurosport
PorEurosport

Actualizado 18/03/2024 a las 13:36 GMT

La victoria final de Jasper Philipsen en la Milán-San Remo 2024 fue por ser el más rápido en la llegada de Vía Roma y también por el impagable trabajo de su compañero y vigente campeón del mundo, Mathieu Van der Poel. El neerlandés pudo haberse marchado en solitario con Pogacar cuando cerró su hueco tras su segundo ataque en el Poggio o haber esperado a la volata, pero se puso la capa de gregario.

Final Milán-San Remo: Philipsen coge el relevo de Van der Poel con Pogacar tercero al esprint

Una de las lecturas que pueden extraerse en frío de la resolución de la Milán-San Remo 2024 es el trabajazo que Mathieu Van der Poel hizo para su compañero de equipo Jasper Philipsen, ganador final ante Michael Matthews y Tadej Pogacar en el esprint de la Vía Roma. Pero para que se diera ese escenario, fue el propio Van der Poel quien cambió todo el decorado secando al propio Pogacar en sus dos arreones en la subida al Poggio y en dos movimientos decisivos más que pueden haber pasado más desapercibidos.
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El ataque de Pogacar en el Poggio sólo al alcance de Van der Poel y que pudo ser el decisivo

El tercer movimiento maestro de Van der Poel para que Philipsen llegara con todas las opciones intactas al esprint fue cuando dio caza a Matej Mohoric, justo cuando el esloveno demarró en los metros finales de la bajada del Poggio y cogió unos segundos de ventaja, tratando de emular su propia victoria en 2022 o la de Jasper Stuyven anteriormente, quien atacó de forma similar.
Ahí ya quedó clarísimo que Van der Poel, pese a ser vigente ganador, líder del equipo Alpecin-Deceuninck y actual campeón del mundo y máximo favorito, se puso el traje de gregario y ‘murió matando’ por y para su compañero y amigo Philipsen.
Pero hubo un cuarto arreón decisivo de Van der Poel. Aunque finalmente ese hueco lo acabó de cerrar Stuyven para lanzar a su compañero Mads Pedersen y calibrar las opciones del danés en la llegada, quien inició el movimiento de contraataque para secar a Thomas Pidcock, último hombre en atacar a menos de un kilómetro de meta, fue Van der Poel.
A partir de ahí ya se quedó sin fuerzas para acabar de lanzar a Philipsen o intentar esprintar él mismo buscando un puesto mejor. Fue todo un trabajo arrollador, brillante y muy generoso, que ha levantado comentarios unánimes entre aficionados y analistas por esa solidaridad.

La última carta que no jugó Van der Poel

Mathieu Van der Poel podría haber apostado todo a sí mismo cuando cerró por segunda vez a Tadej Pogacar justo antes de coronar el Poggio. Le cerró, se puso a su rueda en la bajada y decidió no tirar con él. No es descabellado pensar que, colaborando, ambos podrían haberse ido prácticamente solos hasta la meta y jugársela en un mano a mano en el que sobre el papel el neerlandés es más rápido que el esloveno.
Honestamente, ése y no otro hubiera sido el final soñado en esta edición del primer Monumento de la temporada, pero Van der Poel fue conservador a la par que generoso y decidió jugar en equipo en lugar de guardar ese as bajo su manga.
Como él mismo desveló tras la carrera en sus declaraciones, escuchó por la radio del equipo al propio Philipsen, quien dijo en el fragor de la batalla que tenía buenas piernas para intentarlo. Ese movimiento altruista lo cambió absolutamente todo: “Inmediatamente indicó que todavía tenía buenas piernas (…) y debéis saberlo, ya hemos corrido juntos muchas veces y siempre somos honestos el uno con el otro”.
Es cierto que Van der Poel ejerció de impecable lanzador de Philipsen en sus esprints ganadores en el pasado Tour de Francia, como también es verdad que el belga pudo haberse jugado sus opciones en la París-Roubaix 2023, intentando sorprender a Van Aert desde lejos, pero decidió que su jefe de filas, compañero y sobre todo amigo ejecutara su obra y asumiera todo el peso de su liderazgo.
A diferencia del equipo Emirates, donde Tadej Pogacar no acabó del todo contento por las prestaciones de sus compañeros en las subidas a la Cipressa o al Poggio, el Alpecin-Deceuninck puede presumir de que todo un campeón del mundo se sacrifica por su segundo espada: “Podemos estar muy orgullosos”, apostilló para acabar ensalzando a su compañero: “Jasper es mucho más que un velocista”. Y Van der Poel, mucho más que un jefe de filas y líder.
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¿Pogacar o Van der Poel, quién ganará antes los 5 Monumentos? Flecha y Contador dan la respuesta


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