Las claves de la salvación de Movistar Team: Cronología, errores de los que aprender y a reinventarse

El único representante español del World Tour, tras un par de años caninos de victorias y únicamente sostenidos por el inagotable Alejandro Valverde, ha sentido la amenaza del descenso de categoría en sus propias carnes. Con este pánico afrontó el equipo de Unzué, quien precisamente catalogó el sistema de puntuación de “injusto”, la segunda mitad de la temporada.

Los triunfos de Carlos Verona en Dauphiné y Oier Lazkano en Valonia se quedaron obsoletos ante una pobre actuación en un Tour de Francia en el que la gran aspiración, una buena general de Enric Mas, quedó en vano debido a los problemas ya conocidos del de Artá. Una prueba, la que más beneficios reparte durante todo el año, que supuso la escasa suma de 130 puntos gracias a los resultados de Matteo Jorgenson y el propio Verona. Aunque no era de extrañar viendo que el conjunto telefónico ya acudió de salida descartando a corredores como Alex Aranburu o Iván García Cortina, con el objetivo de rascar puntos en carreras de un día que otorgasen un mayor ramillete.

Aranburu no falló en el Tour de Limousin, con victoria de etapa y general, y Pedrero regaló un triunfo importantísimo en el Tour de L’Ain. Eso sí, suficiente para aguantar el tirón pero insuficiente para abrir brecha ante un Lotto Soudal, equipo que ha marcado en todo momento la línea del descenso, que venía lanzado con las exhibiciones de Campenaerts y las innumerables victorias de Arnaud De Lie, uno de los ciclistas por cierto de la temporada. Tal es así, que el Movistar se plantó en el ecuador de la Vuelta a España a sólo 303 puntos de perder la categoría.

Fue entonces, en el momento más crítico, con el agua al cuello, cuando Enric Mas asumió al pie de la letra su papel de líder en la ronda española. Con dos segundos puestos de etapa, dos terceros y, en especial, la segunda posición de la clasificación general, el balear puso en bandeja la salvación. No sin antes olvidar la proclamación de Gonzalo Serrano como ganador del Tour de Gran Bretaña, carrera que quedó suspendida por la muerte de la reina Isabel II. Sí, es cierto lo que están pensando por increíble que suene o parezca. El deceso de la monarca británica también ha ayudado a que Movistar no pierda la categoría.

García Cortina obtuvo su cuota de protagonismo en el Gran Premio de Quebec, donde ayudó con 225 puntos con un meritorio quinto puesto. Dos días antes de que Enric Mas se subiese al podio de Madrid y de una tacada sumase los 720 puntos clave que aseguraban al fin, con prácticamente la total seguridad, la permanencia del Movistar en el World Tour para los próximos tres años.

La situación ha sido carne de memes en las redes sociales. Incluso -como siempre alguno aprovechándose de ello y pasándose de la raya-, un grupo de seguidores españoles entonó el clásico cántico futbolero ‘A Segunda, oe’, en las rampas de los Pirineos en una de las etapas del Tour. Vídeo compartido precisamente por el personaje que luego llamó 'paquete' a Enric Mas. Lamentable. Porque más allá de todo eso, las consecuencias habrían sido devastadoras.

Cortita y al pie. El Movistar, en el caso de haber perdido la categoría World Tour, habría necesitado de invitaciones para correr, por ejemplo, las Grandes Vueltas. En España las ibas a tener garantizadas, pero ¿se imaginan un Tour o un Giro sin el equipo español? Afortunadamente, no será así. Como tampoco, sobre el papel, perderá el patrocinio de Telefónica, empresa con la que tiene un contrato hasta 2023. El descenso habría sido, casi con total seguridad, el fin de un alianza que va camino de su decimotercera temporada.

Uno de los principales problemas ha sido la nula planificación. Apostar todo a Tour y Vuelta. A la vista está si repasamos las alineaciones para el resto de carreras, en especial las de un día, durante las últimas dos temporadas. A tres años vista, el equipo ha ido dejando pasar los días confiados en que el puestómetro, derivado del talento de los Enric, Alejandro, Alex o Iván iba a ser más que suficiente. Fue el propio corredor gijonés el que en mitad de la presente temporada confirmó que el tema del descenso “había pasado desapercibido, hasta este momento”. En Movistar ha faltado ambición. O al menos así ha sido hasta que se han visto al borde del precipicio.

Está claro que con 17 millones de presupuesto no se puede competir en el mercado ante los Ineos (50), UAE (34) y Jumbo (30). La retirada de Alejandro Valverde liberará 2,2 millones más, pero no será fácil cubrir su ausencia. En forma y también en puntos. Y es que desde el inicio de 2020, el murciano ha aportado con 4.458 el 28% de los puntos de UCI de Movistar. Una dependencia del líder sólo superada por la de UAE con Tadej Pogacar (40%), Alpecin con Mathieu Van der Poel (31%) y Jumbo con Wout van Aert (31%).

Sustituir al ‘Bala’ parece una misión imposible, pero Movistar deberá jugar sus cartas y empezar a mirar más por corredores que garanticen victorias durante todo el año y no sólo generales en Grandes Vueltas. Bien es cierto que los fichajes de Cortina, que hasta el momento es un fiasco, y el de Aranburu, que no termina de explotar, no han salido como se esperaban. Aún con la eterna ausencia de un esprínter de garantías, siempre sinónimo de triunfos. Porque para los de la casa de los Perico, Induráin, Valverde o Quintana, hoy los Pogacar, Vingegaard o Evenepoel se han convertido en inalcanzables. Y los Juan Ayuso y Carlos Rodríguez, con el que se sueña para 2024, ya se escaparon en su momento. Toca reinventarse y por suerte, y por un gran final de temporada todo sea dicho de paso, será en el World Tour.