Otra victoria animal

La resolución al esprint no varió la clasificación general, por lo que el británico Bradley Wiggins mantuvo el jersey de líder con 1.11 minutos sobre el australiano Cadel Evans (BMC) y 1.21 respecto al esloveno Janez Brajkovic (Radioshack), segundo y tercero respectivamente.

Etapa que cumplió el guión de resolución al esprint, aunque hubo quienes trataron de reventar el pronóstico. Pronto se rebelaron a la disciplina del pelotón dos corredores, el italiano Adriano Malori (Lampre) y el francés Jeremy Roy (Francaise).

Juntos resistieron el col du Chat (2a), la Cota de Peyzieu (4a) y la de Châtillon-la-Palud (4a), únicas dificultades en una etapa de transición, propia para los esprinters, quienes no volverán a tener más oportunidades antes los inminentes tres finales consecutivos en alto.

Aventura sentenciada desde el principio. En la presente edición el recorrido es para escaladores, poco apto para velocistas. El Garmin de Farrar y el HTC de John Degenkolb no permitieron otra solución que no fuera la llegada masiva, de ahí que terminaran con las ilusiones de Malori y Roy a 3 kilómetros de meta. Un control ajustado en esta ocasión.

La escuadra estadounidense tenía un doble interés, el liderato de Wiggins y la etapa de Farrar, por lo que sus hombres siguieron controlando en cabeza, aunque sin dominio absoluto, ya que los hombres del Quick Step, Liquigas y HTC se sumaron a las maniobras tácticas para colocar a sus velocistas.

Un esprint revuelto, largo, descontrolado, en el que atacó primero Edvald Boasson Hagen a 250 metros de la línea de llegada. Degenkolb saltó tras él, con más fuerza, y terminó por rebasar a su rival. La segunda etapa en la Dauphiné, la sexta de la temporada. La cantera de esprinters en el HTC no para de dar alegrías al equipo.

Este viernes se disputa la quinta etapa entre Villars les Dombes y Les Gets, de 210 kilómetros, con la meta en alto tras un ascenso de 10.7 kilómetros al 4.7 por ciento.