La lengua de Alaphilippe y una foto que necesita el ciclismo

Primero atacó Joao Almeida y en los últimos metros Julian Alaphilippe saltó con decisión desde el grupo de favoritos para sorprender a sus principales rivales y encarar con ventaja el trepidante final en Chiusdino en la segunda etapa de la Tirreno-Adriatico. Podría decirse que el campeón del mundo atacó cuando tenía un compañero de equipo por delante que estaba intentando ganar, pero el francés lo vio claro e hizo lo que debía: anticiparse a un esprint en cuesta donde muy probablemente Van der Poel o Wout Van Aert podían ser más rápidos y potentes que él.

Finalmente ganó Alaphilippe, Van Aert no pudo con él y Van der Poel, segundo, tal vez salió demasiado tarde a su rueda y tal vez también estuviera mal colocado en los metros finales para no prever ese movimiento del arcoíris.

En cualquier caso, ganó Alaphilippe con merecimiento y brillantez, reivindicándose ante Van der Poel pocos días después de llevarse en histórico hachazo del holandés en la Strade Bianche. Y en la celebración del galo, llegó esa foto casual en la que parece estar sacándole la lengua al neerlandés.

¿Casualidad o una celebración un tanto provocadora como diciendo: aquí estoy yo? La secuencia es la que es y queda claro que Alaphilippe saca la lengua antes de que Van der Poel le rebase tras cruzar la línea de meta, pero en la sucesión de la misma y con la lengua sacada, sí clava su mirada en su contrincante dando lugar a esta foto tan comentada.

Es evidente que Julian Alaphilippe es un ciclista al que le gusta gesticular y quien utiliza su lenguaje corporal en carrera, en ocasiones para sacar partido de él y ‘desquiciar’ a rivales. Un auténtico ‘showman’ y un corredor muy expresivo, puede que demasiado. Pero si algo ha dejado claro es el máximo respeto que profesa por sus rivales: véase su felicitación a Van der Poel en Siena o véase también cuando fue descalificado de la Lieja-Bastoña-Lieja o Roglic le rebasó en la línea por celebrar antes de tiempo: lo encajó bien y a otra cosa.

El ciclismo y el espectáculo que ofrecen Alaphilippe, Van der Poel y Van Aert es quien sale ganando con este tipo de gestos, siempre dentro del respeto y la deportividad. Y concretamente entre Alaphilippe y Van der Poel, ambos han dirimido intensas batallas como la Amstel Gold Race de 2019 que Alaphilippe pudo haber ganado pero no supo gestionar su ventaja antes de la remontada del siglo o la Flecha de Brabante del año pasado, en la que el galo sí batió al neerlandés.

La foto soñada, con o sin lengua, con o sin gestos, es la de estos tres colosos disputando las victorias. Y concretamente en esta de Tirreno-Adriatico con Tadej Pogacar de fondo y en las que están por venir, ojalá con Peter Sagan, Marc Hirschi o cualquier figura que engrandezca un poco más esta imagen.