Los 5 escenarios posibles de Van der Poel (sin Pogacar ni Van Aert) para ganar otra vez el Tour de Flandes

Sin Tadej Pogacar por decisión propia ni Wout Van Aert por su desafortunada caída en la carrera previa de A Través de Flandes, Mathieu Van der Poel es mucho más favorito para ganar una de sus carreras fetiche. El neerlandés tiene un idilio con este segundo Monumento de la temporada, ya que fue cuarto en 2019, el año de su debut, sufriendo además una aparatosa caída que mermó sus opciones ante el ganador final, Alberto Bettiol.

En 2020 ganó el pulso a Wout Van Aert en un esprint milimétrico, mientras que un año después, sólo un superior Kasper Asgreen pudo con él el mano a mano final. En 2022 ganó planteando un desenlace sosegado y confiando en su esprint ante Tadej Pogacar y el año pasado el esloveno firmó una de sus obras maestras para ganarle. Aun así el neerlandés se marcó una carrera prodigiosa para ser, otra vez, segundo en meta.

Repasada su trayectoria en el Tour de Flandes hay que plantear esos nuevos escenarios que se abren sin estos dos grandes rivales como son Pogacar y Van der Poel y, también hay que decirlo, sin muchos más nombres de entidad (salvo por su puesto Mads Pedersen) que a priori puedan plantarle cara vista su superioridad en las carreras previas de E3 Harelbeke y Gante-Wevelgem.

Exhibición total desde lejos. Ya lo demostró en el E3 Harelbeke de hace dos semanas, con el propósito de desmontar completamente la superioridad táctica de equipos como el Visma-Lease a Bike o el Lidl-Trek. Dos ataques salvajes en los muros para acabar marchándose en solitario y mantener el pulso, en este caso a Wout Van Aert, y a todo un pelotón que ya perseguía desordenado y sin convicción.

Si el aplastamiento falla, Van der Poel puede fiarlo todo a un ataque final en los muros del Oude Kwaremont o el Patterberg. Ahí, sobre el papel, es superior a todos sus rivales salvo que Mads Pedersen exhiba el mismo nivel que en la Gante-Wevelgem.

Confiar en su esprint final no es un arma ganadora. Depende de con quién llegue a la recta final de meta, Van der Poel puede tirar de punta de velocidad o medir mejor que ante Pedersen hace unos días. En dos mano a mano finales aquí le ganó a Van Aert pero perdió ante Asgreen, siendo el danés un hombre no tan rápido como él en este tipo de arrancadas.

El plan conservador, que controle el Alpecin-Deceuninck no es, sobre el papel, lo más inteligente. No es una escuadra tan fuerte ni aplicada tácticamente como está demostrando el Lidl-Trek en esta campaña de clásicas ni tan sólido como el Visma-Lease a Bike. Si bien es cierto que el equipo belga no sólo tendrá la baja de Van Aert, ya que Christophe Laporte tampoco llega y Dylan Van Baarle llega justísimo.

Ojo a las fugas ante ausencias de grandes favoritos. En este caso, cuantas más figuras haya en una carrera así, mejor. Con Van Aert o Pogacar y sus equipos implicados en tumbar fugas u otros movimientos tirando desde atrás es mucho más fácil para Van der Poel. La historia de esta carrera tiene de todo, pero en Siglo. XXI gregarios de Tom Boonen como Stijn Devolder ganaron dos veces y en 2011, sin grandes favoritos en su mejor forma como rivales, Fabian Cancellara se desfondó él solo y Flandes tuvo un ganador más modesto como Nick Nuyens. Aquí hay que citar también el caso de Alberto Bettiol en 2019, un auténtico outisder que supo moverse en el momento adecuado.

En cualquier caso y pese a las ausencias de Pogacar o Van Aert, el Tour de Flandes 2024 y la mística propia de esta carrera la convertirán por sí misma en un espectáculo grandioso. Por eso Van der Poel debe mostrar toda su grandeza y evitar cualquier tipo de confianza al no tener esos referentes enfrente.

De todos los que van a tomar la salida es, por palmarés y trayectoria así como por estado de forma el máximo favorito y la rueda a vigilar, aunque será quien está obligado a plantearlo todo y saber moverse en alguno de estos escenarios descritos.