El análisis de Laura Álvarez: El Tour de Francia femenino continúa asentándose en la calidad de su recorrido

La primera edición no dejó indiferente a nadie, fue un antes y un después en la historia del ciclismo femenino. Anemiek Van Vleuten puso su nombre como primera ganadora de esta nueva carrera y confirmó su mejor año como profesional llevándose las dos victorias de alta montaña en Le Markstein y La Super Planche des Belles Filles.

Este año, la de Movistar Team volvía a ser la principal favorita para revalidar el maillot amarillo en el año de su retirada, pero su principal rival, Demi Vollering, quería la revancha. El Tour de Francia es un escenario de sorpresas, pocos pronósticos se cumplieron en cuanto a la resolución de las etapas y todos los días nos mantuvimos pegados a la pantalla hasta la misma línea de meta. Hubo oportunidades para todas y cada final fue impresionante, emoción hasta el último metro. Tuvimos de nuevo alta montaña en el mítico Col du Tourmalet, con épica, llegando entre la niebla Demi Vollering ganó y consiguió esa ventaja necesaria para llevarse el Tour de Francia que había soñado tanto tiempo. No sin antes pasar por Pau para la contrarreloj final, la única pega a la primera edición y que Marion Rousse no ha tardado en incorporar a la carrera. Un recorrido que ha sido siempre equivalente a lo que busca el Tour de Francia, ser la gran vuelta más importante del calendario y llegar a los lugares más emblemáticos de la carrera.

El trazado del 2024 no debería recibir demasiadas críticas. Salida en el extranjero, en Rotterdam, para dar también a la organización femenina esa posibilidad de visitar nuevos países. Con un primer día llano entre Rotterdam y La Haya, los primeros 124km en los que se esperan a las mejores velocistas para llevarse la victoria y vestir el primer maillot amarillo.

Algo novedoso pero positivo, es el doble sector que tendremos el segundo día de carrera. Para empezar, una etapa de sólo 67km, también con previsión de llegada al sprint, pero que mantendrá alerta a todas las grandes líderes de la general. Una etapa tan corta es sinónimo de mucha velocidad, tensión y nerviosismo. No terminará ahí, porque por la tarde deberán recorrer los únicos 6,3 km en contrarreloj. Esta podría ser la única pega destacable para esta nueva edición, la reducción de kilómetros contra el crono que seguro muchas especialistas echarán en falta y que podría suponer las primeras diferencias en la general.

El tercer día de carrera cruzaremos la frontera entre Países Bajos y Bélgica. Un recorrido de 122 kilómetros entre Valkenburg y Liège para una de las etapas más atractivas que nos podrán en “modo clásica” al menos por un día. Pasando por cotas ya conocidas como Mont-Theux, Côte de la Redoute y Côte de la Roche-aux-Faucons, es una jornada donde harán falta los cinco sentidos. De esos días donde se emplea la frase “hoy no se gana el Tour, pero sí se puede perder”.

Las corredoras ‘puncheur’ podrán lucirse el cuarto día de carrera entre Bastogne y Amnéville. El perfil nos muestra una etapa rompe-piernas de 150 kilómetros, pero no debemos olvidar los más de 2.000 metros de desnivel acumulado, sobre todo después de la etapa previa, también muy exigente en este sentido.

Nos vamos adentrando en la montaña entre Remiremont y Morteau con 160 kilómetros de etapa. Si las diferencias no se abren en los días previos, esta es la primera gran oportunidad de las que quieran sorprender en la general. No se trata de un día claro para las escaladoras, pero está claro que el encadenamiento de La Roche du Prêtre y Côte des Fins en la parte final, pueden marcar las primeras brechas en el top10.

Otra de las características que está adquiriendo el Tour de Francia femenino avec Zwift es dejar la alta montaña para los últimos días. En el 2023 sólo una cima mítica como Col du Tourmalet se llevó toda la atención, algo que tendrá que variar según vayan aumentando los días de carrera en el futuro, pero en este nuevo recorrido volvemos a tener dos días montañosos en el final. Annemiek Van Vleuten es la única mujer ganadora en Le Grand Bornand, lo hizo en 2018, precisamente en la carrera ‘antesala’ a este Tour, en La Course by Le Tour de France. Antes de llegar a la cima del Bornand, las corredoras deberán pasar por Col de la Croix de la Serra, otra subida larga que estará a solamente 60 kilómetros de la salida. Un día para nada fácil ya que no sólo se acumulan metros de desnivel, sino que tiene 167 kilómetros en total.

Por último, llegaremos a la cima más importante de la historia del Tour de Francia, el Alpe d’Huez. Previo paso por Col de Tamié y Col du Glandon. Si la clasificación general no ha quedado sentenciada en Le Grand Bornand, tendremos espectáculo hasta el último día por el maillot amarillo. No es la primera vez que las mujeres llegan a la cima más conocida del ciclismo, lo hicieron en 1992 y 1993 en el Tour cycliste féminin y ambas victorias fueron para la neerlandesa Leontien Zijlaard-van Moorsel. Hace 31 años de aquello, por lo que seguro que todas las ciclistas participantes estarán deseosas de ser la ganadora en una subida tan importante como esta.

El Tour de Francia femenino sigue creciendo en calidad. Muchos estamos esperando la ampliación de días de carrera, pero es un factor que no se consigue de un día para otro, debemos darles tiempo. Primero a las corredoras, que están experimentando mejorías increíbles a nivel de rendimiento y profesionalización, y segundo a la propia carrera, que debe ir paralelamente a ellas, son las que marcan el ritmo -nunca mejor dicho-. El recorrido de la tercera edición de la carrera vuelve a ser completo y exigente, podríamos echar en falta una contrarreloj individual más notoria, pero creo que lo compensa esa pequeña clásica en Lieja. Terminé la edición 2023 afirmando que este año había superado al anterior, y ojalá sea así cada temporada. Por el momento, creo que esta nueva edición del Tour de Francia femenino avec Zwift va a cumplir con las expectativas de todos.