¿Qué le pasa a Nairo Quintana? La gran pregunta y todas sus respuestas concluyentes

Cada julio la misma pregunta: ¿por qué no ataca Nairo Quintana? Antes de responder, conviene repasar el palmarés del ciclista colombiano a sus 29 años. Es extenso, con dos grandes vueltas ganadas, podios en el Tour de Francia con etapas en las tres grandes y una interesante colección de otras vueltas de una semana. Preguntarse por qué el colombiano ya no vuela alto en montaña o no vuela tanto como cuando era más joven casi siempre viene acompañado de alguna que otra falta de respeto a este ciclista por su carácter conservador o mucho menos atacante que antaño. Y hay que dejar bien claro que ni mucho menos se lo merece.

Camino del Tourmalet se dejó todas sus opciones de ganar el Tour de Francia 2019. Antes del ecuador de la ascensión no pudo seguir el ritmo que sus compañeros del Movistar Team marcaban endureciendo y reduciendo el grupo de favoritos. La táctica agreseiva del equipo español quedó hecha añicos tratando de minimizar pérdidas con el colombiano. Conforme pasaban los kilómetros, la realización de televisión enfocaba su rostro siempre serio, denotando cansancio y la caída de un mito.

Arriba, en meta y sin mucho más que decir en lo que queda de Tour, Valverde le pegó un buen palo al decir que Nairo no les avisó de que tenía malas sensaciones. Por lo que el boyacense de disculpó respondiendo que a partir de ahora trabajará para el equipo. A pocas semanas de que la carrera partiera de Bruselas, se autoproclamó jefe de filas único del equipo, sin admitir más discusión. La carretera le ha puesto en su sitio, aunque se esperaba que cediera tiempo en la crono de Pau, ni el peor pronóstico apuntaba este descalabro en el Tourmalet y aún con casi toda la montaña por delante.

El conservadurismo de Quintana no viene solo por una cuestión de actitud. A la falta de piernas en momentos clave de la carrera también hay que sumar el hecho de las tácticas del Movistar Team, repartiendo el liderato y las responsabilidades del equipo con Landa o Valverde. No lo dice, pero nunca se ha sentido lo suficientemente arropado. Tan solo lo insinuó tras el Giro de Italia que ganó Carapaz con un Movistar entregado al ecuatoriano, diciendo algo así que prefería con compañeros menos fuertes pero que siempre estuvieran con él.

La presión de Colombia y su ‘sueño amarillo’ está más repartida con la irrupción de Egan Bernal. Pero tras tenerlo tan cerca en 2013 y haber vuelto al podio en 2015, tal vez esa ilusión se haya transformado en obsesión. Y eso no es bueno para ningún ciclista ni para un elegido como es Quintana.

Con la cabeza en otro sitio. Falta por confirmarse su fichaje por el equipo francés Arkea-Samsic, una escuadra de la segunda división mundial que está lejos del potencial del Movistar Team. Tal vez sea un paso atrás necesario, pero en los últimos años no se le ha visto del todo cómodo en el equipo que le ha dado todo. Si estos caminos se hubieran separado antes, tal vez no se hablaría de decadencia con sólo 29 años.

Oportunidades perdidas. En 2014 el equipo decidió que no fuera al Tour de Francia y optara por el Giro de Italia. Lo acabó ganando y meses después cuando era líder de La Vuelta, se cayó en una contrarreloj que le apartó de optar por la victoria final. El destino es caprichoso, porque aquel Nairo joven y atacante nato se hubiera encontrado en un Tour, el de hace cinco años, con Froome fuera de juego a las primeras de cambio. Es ‘ciclismo ficción’, pero viendo cómo transcurrió esa edición, perdió la ocasión de su vida.

Siempre pasa algo en carrera. Quintana no es de los que se suelen caer, ya que es un ciclista habilidoso como pocos y nunca ha sufrido una grave caída. En este Tour de Francia 2019 ha salvado dos pero a la tercera se fue al suelo. Cuando no le coge un abanico y pierde opciones en llano como en anteriores ediciones, es un enganchón inesperado como en esta edición. Le lastimó el codo y le ha acabado pesando.

En la condición ideal, pero… Esta temporada no dobló Giro-Tour como en 2017 y no ha ido a tope en las carreras previas a la ronda gala. Su preparación se ha enfocado al cien por cien en esta carrera y ha fallado. Con pocas excusas que añadir.