UAE Tour | Una de geopolítica y ciclismo: Las ganas de ganar del Gazprom-Rusvelo y victoria ucraniana en plena guerra

Y, de repente, ganó un ciclista del Gazprom-Rusvelo. Desde el primer día desde que se desató el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, el único equipo ciclista profesional al más alto nivel empezó a subir sus ganas de ganar en el Tour de los Emiratos.

En la quinta etapa el checo Michael Kurkle decidió lanzar un pulso al pelotón de esprínters con un ataque en solitario a 30 kilómetros de meta y que casi culmina con victoria, ya que fue cazado a menos de 3 kilómetros para la llegada. Fue un aviso, tal vez una especie de reivindicación o mensaje encriptado en plena guerra. Además, Dmitry Strakhov se vistió con el maillot de líder de los esprints especiales en la jornada del jueves 24 y también estuvo presente en la fuga de la sexta etapa que ganó su compañero de equipo, Mathias Vacek.

Cualquier correlación de esta victoria o la activa presencia del Gazprom-Rusvelo en estas últimas etapas de Emiratos con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania en marcha puede ser mera coincidencia. O no. Ninguno de sus ciclistas o directores deportivos ha dejado ninguna declaración aclaratoria al respecto. De hecho, el propio Vacek ni tan siquiera fue preguntado por esto en la entrevista oficial tras la etapa. ¿Y qué iba a decir él? Sus respuestas se centraron en su alegría por su primer triunfo profesional con tan sólo 19 años. La gloria del momento debía ser, obviamente, para él.

Analizando esa posible correlación desde un punto de vista meramente deportivo, tal vez puedan encontrarse algunas respuestas interesantes. La primera, Gazprom-Rusvelo es el único profesional de nacionalidad rusa desde la desaparición del Katusha. Es un equipo ProTeam (segunda división) y debe pelear por invitaciones y presencia en las carreras más importantes del calendario, de ahí su combatividad en un escenario como este UAE Tour, carrera del máximo nivel WorldTour.

La plantilla está formada mayoritariamente por ciclistas rusos y su estrella es Ilnur Zakarin, quien se retirará del ciclismo profesional a la conclusión de esta temporada. No obstante, abundan otras nacionalidades como la italiana, la checa o la costarricense con Kevin Rivera y la española con José Manuel Díaz-Gallego.

Su principal patrocinador, Gazprom, está en el foco de este conflicto bélico Rusia-Ucrania a causa de ser la mayor compañía de gas natural en suelo europeo y por la noticia del cese de su patrocinio al equipo de fútbol alemán del Schalke 04. La compañía gasística es un importante mecenas del ciclismo, ya que hace unos años reflotó y potenció a una estructura menor como el Rusvelo, invirtió en el Katusha en sus mejores años en el ciclismo profesional y también aporta dinero a algunas carreras profesionales en Alemania.

Esta incertidumbre con la compañía y el futuro inmediato que puedan tener equipos rusos en el deporte de élite ayuda a encontrar esas respuestas y establecer, si es que existe, esa citada correlación entre su combatividad en el UAE Tour y su necesidad de reivindicarse colateralmente tras el inicio del conflicto armado.

Es importante reivindicar que para que un equipo de categoría ProTeam como el Gazprom-Rusvelo, participar en Giro de Italia, Tour de Francia o Vuelta España depende exclusivamente de una invitación por parte del organizador. Ni en el Tour la van a tener y tampoco en La Vuelta aunque todavía no hayan sido anunciadas las de 2022, pero otros años sí habían corrido el Giro de Italia y ahí queda una vacante tras la renuncia del Arkéa-Samsic de Nairo Quintana.

El patrocinio de estados o de empresas fuertemente vinculadas con un estado es habitual en el ciclismo. Sin ir más lejos el equipo Emirates de Tadej Pogacar, el Astana kazajo, el Bahrein Victorius de Mikel Landa e incluso el Groupama-Française des Jeux galo, pagado principalmente por las loterías nacionales francesas. También lo es el Gazprom Rusvelo y, mirando hacia el futuro y las consecuencias que pueda tener la guerra entre Rusia y Ucrania, esta estructura rusa puede acabar perdiendo su principal sustento económico y razón de ser.

Políticamente se antoja realmente complicado que el equipo o alguno de sus miembros o corredores vaya a posicionarse en este conflicto, al menos favorablemente a Rusia. Más allá de la opinión o el posicionamiento que puedan tener, el ciclismo y su establishment difícilmente se posicionan en público en temas complicados.

En cualquier caso, la mejor y principal noticia aquí es que un equipo de segunda categoría ha decidido atacar y concurrir en una carrera con algo más que presencias testimoniales en la fuga. Con actitud como la de Michael Kurkle en la quinta etapa y con una buena táctica en conjunto filtrando tres hombres en la fuga y asumiendo como hizo Gazprom-Rusvelo en la sexta y ganando el pulso al pelotón, pueden inspirar a otros equipos a atacar, ser más combativos y aumentar el espectáculo.

Y si de paso ayudan a presentar en sociedad nuevos talentos como Mathias Vacek, ganador de etapa con tan solo 19 años y valor al alza, mucho mejor. Por cierto, en la sexta etapa del Tour de Ruanda ganó este mismo día un ucraniano: Anatoliy Budyak. Seguramente no exista correlación alguna, pero no pensar en que pueda existir es realmente complicado.