Victoria de Iglinsky

Una empinada rampa de 1,2 kilómetros de longitud y con un desnivel medio del 8,8 por ciento que se hizo interminable para el "Tiburón" Nibali, que vio como metro a metro menguaba una ventaja, que poco antes parecía ya insalvable para sus rivales.

O al menos así lo entendió el belga Philippe Gilbert (BMC), el gran favorito para el triunfo, que pareció dejarse ir en los últimos kilómetros, consciente del grave error que había cometido al dejar escapar a Nibali.

Un Nibali que no desaprovechó el desconcierto del grupo de cabeza al coronar la "Roca de los halcones", situada a menos de veinte kilómetros para la llegada, para fugarse de un grupo, en el que nadie asumió la responsabilidad de atrapar al corredor italiano del Liquigas.

Circunstancia que permitió a Nibali aumentar su diferencia hasta alcanzar los más de cuarenta segundos con los que el "Tiburón" inició la subida a Saint Nicolas, una rampa que el transalpino tardará en olvidar.

Al igual que Iglinskiy, que a diferencia del resto de perseguidores, siempre creyó en la posibilidad de atrapar a un Nibali, que vio como a poco más de un kilómetro para la línea de meta el kazako le daba definitivamente caza.

Un durísimo golpe para Nibali, que apenas pudo seguir unos metros la estela del corredor del Astana, que cruzó en solitario la línea de meta con un tiempo de 6:43.52 horas, veintiún segundos menos que el italiano, que finalmente tuvo que conformarse con la segunda plaza.

Cerró el podido el italiano Enrico Gasparotto (Astana), que logró la tercera plaza, tras imponerse al esprint al francés Thomas Voeckler (Europcar) en un grupo en el que también figuraban los españoles Samuel Sánchez (Euskaltel Euskadi) y Dani Moreno (Katusha) y que cruzó la línea de meta a treinta y seis segundos del ganador.