Una grandiosa temporada… para olvidar

No ha sido una campaña sencilla para los deportes de nieve. Estaciones de toda Europa se han visto mermadas por culpa de la falta de nieve primero, y por la crisis del coronavirus después. Y si a nivel aficionado la temporada de invierno ha sido extraña, para los grandes deportistas de estas disciplinas lo ha sido aún más. El cambio climático es una realidad que tristemente se constata año tras año, obligando a cancelar pruebas de las distintas Copas del Mundo por falta de nieve.

Pese a este desolador panorama, en términos deportivos la campaña ha sido francamente buena para la representación española. Con matices, claro. Uno de los grandes referentes de nuestros deportes de invierno, Regino Hernández, se lesionó gravemente durante la pretemporada y que, por suerte para él, no incluía Mundiales ni Juegos Olímpicos.

En el otro extremo, su compañero de equipo Lucas Eguibar ha vuelto a demostrar su fiabilidad. El rider donostiarra optaba a su segundo Globo de Cristal, pero los resultados y la fortuna no le acompañaron durante buena parte del curso. Al final pudo desquitarse con una imponente victoria en Sierra Nevada, y una quinta plaza en Veysonnaz con la que aseguró la cuarta posición final en la Copa del Mundo.

Capítulo aparte merece Queralt Castellet. La temporada de la rider de Sabadell es de sobresaliente. Sólo una tercera plaza final en la Copa del Mundo alejan a la catalana de . Castellet ganó dos pruebas de la Copa del Mundo (Cooper y Laax), firmó un meritorio tercer puesto en el Dew Tour, y logró una histórica medalla de oro en los X Games de Aspen.

Pero los buenos resultados no llegaron únicamente sobre la tabla. En el esquí freestyle, España ha encontrado a dos referentes de futuro y de presente: Javi Lliso y Thibault Magnin. El madrileño, de 22 años, disputó su primera final de slopestyle en Seiseralm, y estuvo a un solo paso de pisar podio. El hispanosuizo, de 19 años, hizo finales en dos disciplinas: slopestyle (Font Romeu) y Big Air (Destne). Conviene apuntar bien estos dos nombres, sobre todo de cara a los Juegos Olímpicos de Pekín en 2022. Lejos de esos grandes resultados, pero firmando sus mejores temporadas, encontramos a Juan del Campo e Imanol Rojo en esquí alpino y esquí de fondo, disciplinas en las que el margen de mejora es más que considerable.

El gran circo blanco echa el cierre hasta la próxima temporada, y lo hace dejándonos cierta sensación de fragilidad por los factores externos que han mermado el calendario, y también la certeza de que quizás un día no muy lejano podamos acostumbrarnos a ver a nuestros deportistas ahí arriba, entre los mejores.