Juegos Olímpicos Tokio 2020, escalada | Alberto Ginés, un oro con tres años de adelanto

A sus 18 años, Alberto Ginés nunca olvidará una jornada histórica que le coronaba como el mejor escalador en Tokio, una prueba que se estrenaba dentro del calendario olímpico. Pero el camino hacia la gloria, que tocó con los dedos en Japón, no fue ni mucho menos sencilla para un deportista que ni siquiera miraba a la cita nipona hace tres años, teniendo como objetivo los Juegos de París en 2024, pero que con los resultados fue cogiendo un mayor hueco en la mente del extremeño. Ni la pandemia, que le obligó a volver a Cáceres y entrenar en la pared de su casa, ni una lesión de ligamentos frenó su progresión meteórica. También vivió de cerca el hecho de ver a su madre en primera línea de batalla por el coronavirus, trabajando como auxiliar en el Hospital San Pedro de Alcántara.

Subcampeón europeo en dificultad en el 2019, ha sido su mejora en la primera de las disciplinas de la escalada deportiva en estos Juegos, la velocidad, la que le ha permitido postularse como el mejor en Tokio. “Sí, hemos trabajado mucho la velocidad, bueno hemos hecho una unidad de entrenamiento con especialistas y yo, todo dirigido por David, y bueno han mejorado mucho ellos y yo también, ha sido un trabajo en equipo que ha funcionado muy bien”, aseguraba nada más colgarse el oro. Una victoria que sostenía en bloques y que certificaba en su elemento, por delante del estadounidense Nathaniel Coleman y el austríaco Jakob Schubert, cuya última subida le permitía ascender a la tercera plaza del podio, sacando al gran favorito, el checo Adam Ondra.

Pero la afición de Alberto Ginés con la escalada, esa que ha convertido en su vida, llegó bien pronto, a los tres años, cuando acompañaba a su padre y tenía el primer contacto con el rocódromo ‘El Rodeo’ de Cáceres. Actualmente a las órdenes de David Maciá, hace tres se marchaba al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat donde compagina la escalada con el bachillerato, queriendo estudiar fisioterapia en un futuro.

Alberto Ginés ya tiene en su poder un oro histórico, el primero de su deporte en unos Juegos, inesperado pero gratificante y, sobre todo, con un futuro brillante por delante. Del niño que comenzó escalando en los montes de Cáceres y Mérida y que acompañaba a su padre, al joven que ha cumplido el sueño más grande posible, ser campeón olímpico, a pesar de la falta de medios durante su preparación.