La opinión de Paco Trapero: El esquí español se codea con los mejores del mundo

Han sido muchos años a nivel profesional en los que contábamos las hazañas y los triunfos de los grandes esquiadores que copaban las primeras posiciones a nivel mundial. Siempre nos quedaba lejos, demasiado lejos, si quiera un atisbo el pensar que algún día disfrutaríamos del honor de contar a los fieles e incansables seguidores del esquí en España grandes actuaciones de los nuestros.

Era un sueño difícil de conseguir. Veíamos a otros países como con equipos pequeños, nada que ver con las superestructuras de Austria, Suiza, Italia, Francia, Alemania o Noruega, empezaban a dar pasos pequeños pero sólidos comenzando a dejarse ver a nivel mundial.

Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, empezaban a mostrar ese posible camino a seguir que nos pudiera ofrecer la tan necesaria visibilidad.

No era nada nuevo. Sabíamos que la senda no sería sencilla y que habría que trabajar duro y bien para recoger algún buen resultado.

El trabajo con los más pequeños ya se había iniciado y la consolidación de otros jóvenes está empezando a llegar. Una campaña de ensueño como la que nos acaba de dejar es sin duda una temporada para enmarcar.

Superando, igualando éxitos de antaño, los nuestros han brillado a buen nivel tanto en Copa de Europa como en la Copa del Mundo y ha tenido que ser precisamente en la disciplina más difícil, con más competencia e igualdad que se recuerda en muchos años en la que hemos dado el paso adelante.

Un slalom brutal, con prácticamente un ganador distinto en cada una de las pruebas disputadas este año y que los espectadores han seguido con inusitada expectación hasta la última carrera donde se ha definido el vencedor del Globo de Cristal.

Ahí, nada más y nada menos, es donde los nuestros han decido dar ese descarado e imparable paso adelante.

La situación fue, como no podía ser de otra manera de menos a más. Las primeras clasificaciones para una segunda manga de Juan del Campo y de Quim Salarich nos parecían un auténtico hito. Después se metieron los dos a la vez en segunda manga y posteriormente llegarían los increíbles resultados de Salarich haciendo dos carreras en el puesto 15º.

Parecía que este era el tope, sobretodo visto que los Juegos Olímpicos no fueron tan satisfactorios como se esperaban. Lejos de conformarse y resignarse todo el equipo español siguió trabajando duro y creyendo en sus posibilidades, en su evolución hasta el final de la campaña.

Llegó la cita de Garmisch (ALE) y allí todos caímos a los pies del gran Quim Salarich haciendo 8º y 7º en un fin de semana sencillamente increíble y muchos pensaban que insuperable.

Esos resultados permitieron al español conseguir otro hito, meterse en las Finales de la Copa del Mundo de Slalom, codearse con los mejores de la especialidad técnica por excelencia.

Todos soñábamos con algo grande pero es cierto que allí estaban la flor y nata del slalomismo internacional, los mejores, los magos, los héroes a los que tantas veces habíamos narrado sus míticas victorias.

La primera manga y con dorsal alto, 23 de 25, no fue buena para Quim que visto el estado de la nieve primavera prefirió ser inteligente una vez más y buscar un dorsal que le permitiera salir con la pista en perfectas condiciones en la segunda manga.

Dicho y hecho. Quim salía el primero en la segunda manga. Sin referencia alguna. Con la pista a estrenar y marcada por el entrenador noruego.

Su bajada nos gustó bastante y sobretodo le pareció buena a él. Los esquiadores salían uno tras otro para batir el mejor crono de la segunda manga pero todos se estrellaron ante el registro del español que terminaría siendo el mejor de todos, otro hito.

Quim Salarich concluía en la 5ª posición con el consiguiente reconocimiento por parte de todos los mega equipos allí presentes. Era algo más que una posición, era el saludo de bienvenida a la élite mundial de los que se juegan los triunfos, de los que saben lo que cuesta llegar allí y además haciéndolo con un modesto pero increíble grupo de trabajo.

Debo decir que yo también me sentí parte de esta historia, aunque de manera modesta, intentando en cada carrera contar las hazañas de estos grandes deportistas entre los que desde la próxima temporada tendremos a uno de los nuestros.

Mi reconocimiento a todos aquellos que trabajan cada día por el progreso de nuestros esquiadores, un trabajo arduo y muchas veces casi invisible pero sin el que no se podrían cumplir estos sueños.

Por supuesto, como no, al trabajo incansable de la Federación con May Peus a la cabeza y su espectacular grupo humano y profesional.

La próxima temporada será distinta y ya contamos los días que restan para volver a vernos en Solden (AUT).