Mikaela Shiffrin, ante la nueva temporada de esquí alpino: "Hay un millón de cosas que puedo mejorar"

Uno de los grandes dones de Mikaela Shiffrin es el de hacer que todo parezca más fácil. Shiffrin es la superestrella absoluta no sólo del esquí, sino de los deportes de invierno. A los 26 años, ya ha ganado tres veces la general de la Copa del Mundo y ha ganado 45 eslálones de Copa del Mundo, un récord histórico. A pesar de todo, ella sigue afrontando los descensos pareciendo una niña que esquía simplemente por diversión. Se presenta como una chica cercana y poco habituada a las entrevistas más que como una máquina entrenada para las ruedas de prensa, sin mostrar ese aire de superioridad que se puede esperar de alguien que puede ser la mejor de la historia.

Es ese espíritu despreocupado el que aparece cuando se le pregunta durante una rueda de prensa para su patrocinador Atomic si está lista para el primer fin de semana en Solden en unos pocos días y ella se ríe: "Nunca estoy lista para nada", responde Shiffrin mostrando su naturaleza.

"Pero yo soy más bien 'no, no quiero correr, no quiero correr, no estoy lista aún' hasta que llega el momento y no tienes más remedio, entonces sales". Ésa es Mikaela Shiffrin. Escuchándola hablar es difícil no percibir lo humana que es. En los últimos años, la estadounidense ha evolucionado desde una incómoda timidez hasta ser una persona brutalmente honesta y reflexiva, sin temor a mostrar su humanidad.

Durante una extensa entrevista junto a la estrella noruega Aleksander Aamodt Kilde, Shiffrin se muestra relajada y más feliz de lo que ha estado en mucho tiempo, lo que no supone una sorpresa después de los dos últimos años que ha pasado. Admite que enfrentarse a rivales como Petra Vlhova y Katharina Liensberger puede ser "estresante" en ocasiones al estar ambas en un gran nivel. También reveló que está cada vez más implicada en el desarrollo de sus esquíes Atomic, diciendo que formó parte de unos test intensos en la postemporada en primavera, aunque bromeó diciendo que está lejos de la naturaleza obsesiva de la leyenda austriaca Marcel Hirscher.

Shiffrin apuntó que ésta ha sido una pretemporada normal y mostró su modestia cuando se le preguntó por su gestión del hecho de ser una superestrella del deporte. "No me siento una estrella", dijo Shiffrin riéndose de nuevo. "Hasta ahora lo único que ha cambiado en casa es que a veces la gente me reconoce un poco más y me pide una foto. El cambio más grande real mente se ve en las carreras y es difícil moverse entre la multitud. En vacaciones, estando en casa es menos... En casa me siento más segura y natural", reflexionó. Después de enfocarse sobre todo en las pruebas técnicas, su fuerte durante la última temporada fue su gestión de los problemas dentro y fuera de las estaciones. Shiffrin admitió que este año está pensando en disputar más pruebas de velocidad. Sin embargo, es consciente de que tiene la obligación de mostrar su mejor versión en las pruebas técnicas y ése es el principal objetivo, incluso mayor que la clasificación general.

"Toda mi carrera mi objetivo ha sido siempre la técnica, pero me encanta la velocidad y me encanta Lake Louise especialmente, así que ése es el plan ahora mismo. Probablemente no estaré en cada carrera de velocidad, simplemente no es posible. La general siempre está en mi mente, pero no es mi principal meta. Mi meta real, lo que guía todas mis decisiones, es si soy capaz de esquiar eslalon y supergigante al máximo nivel. Si siento que no estoy ahí, posiblemente prescinda de alguna carrera de velocidad aquí o allí, e incluso decir que la general no es algo a lo que quiera aspirar".

"Esta última temporada fue un poco... como un regreso casi, y pude enfocarme lo suficiente en el eslalon y el supergigante. Siento que hay un millón de cosas en las que puedo mejorar, especialmente después de la última temporada. El tempo en las puertas, en el eslalon levantarme con mi rapidez y agilidad, ahí también me sentía condicionada. Creo que todo puede alcanzar un mayor nivel", concluyó.