Españoles en PyeongChang 2018: Martí Vigo, la madurez de una gran promesa

La mentalidad del joven de 20 años, Martí Vigo, le augura un futuro muy esperanzador. “Si mi progresión sigue como hasta ahora, dentro de 10 años creo que podré pelear con los mejores, no lo veo imposible”, comienza su explicación este debutante en unos Juegos Olímpicos. “Ojalá me recuerden por haber ganado algo en esquí de fondo. A día de hoy es prácticamente imposible porque el esquí de fondo no es llegar y ya. Veremos qué pasa, hay que ir sumando y sumando año a año. Muy poca gente ha destacado de joven, lo normal es a partir de los 25 años. Tampoco quiero pasarme de ambicioso pero en un futuro me gustaría hacer buenos resultados a nivel mundial”, remata Vigo. Para demostrar que quiere triunfar en esto, el esquiador aragonés decidió este año alquilar, junto a la otra promesa del esquí de fondo español, la catalana Lydia Iglesias, un piso en Ramsau, un pueblecito de montaña austriaco, referente en el esquí de fondo, para dedicarse de pleno a su deporte y pasión.

A Martí Vigo no le quedó otra que dedicarse a la nieve y, en concreto, al esquí de fondo. Nació en el Pirineo aragonés, en un pueblo del Valle de Benasque llamado Sesué. Se calzó sus primeros esquíes con tan solo 3 años y siguió la estela de su hermana Berta (seis años mayor que él) que llegó a estar varios años en el equipo nacional. “El esquí alpino lo practicaba con mis amigos pero de ver a mi hermana todos los fines de semana, lo que tocaba era el de fondo”, aclara. Empezó a destacar desde pequeño en carreras que hacía en Aragón y Cataluña donde “solía ganar”. Luego vinieron los Campeonatos de España en los que también conseguía victorias o, como mínimo, subirse al podio, “soy muy competitivo en todo lo que hago. Siempre quería ganar y disfrutar. Con 16 años fui a mi primer mundial junior, al año siguiente corrí en el FOJE (Festival Olímpico de la Juventud Europea) y me di cuenta que podía disputarle las carreras a los países potentes. Al año siguiente comencé a hacer Top 15 en la Copa de Europa junior”, explica Martí. El aragonés siguió sumando kilómetros hasta que llegó su mejor momento, “cuando hice 14º en el Mundial junior de Estados Unidos, mi mejor resultado hasta ahora”, y el de cualquier español hasta la fecha en esta categoría. A la hora de competir no tiene manías, “es más un ritual, una rutina de competición. Me levanto cuatro horas antes de competir, voy a correr unos 20-30 minutos, me ducho, desayuno tres horas antes, descanso un poco y luego a preparar las cosas y a la pista”.

Su progresión es tan buena y su futuro tan prometedor que había que intentar la clasificación olímpica para vivir esa experiencia. “Este año ha sido una locura. Desde que he empezado la temporada no hemos parado de competir por toda Europa; Suecia, Noruega, Francia, Austria, Italia…tener el campo base en Ramsau (Austria) es más cómodo porque nuestro entrenador, Franco Puntel, nos recoge en la puerta de casa y nos desplazamos a donde toque. El objetivo de los Juegos lo quería hacer en Copa de Europa pero no estaba bien físicamente y la única opción que quedaba era la Copa del Mundo de Dresde (Alemania)que era la más fácil y fuimos (el 14 de enero Martí e Imanol Rojo acabaron en el puesto 22 y los criterios pedían un Top 30 en Copa del Mundo). En los Juegos no tengo un objetivo claro. No tengo mucha experiencia. Simplemente encontrarme bien, estar al máximo nivel. No puedo decir un top30 porque no se a lo que me enfrento. Disfrutar al máximo y darlo todo. Creo que hemos hecho un buen plan de entrenamientos y espero llegar bien si todo sale bien. Los rivales a batir, los de siempre, los escandinavos; noruegos, suecos y finlandeses, además, canadienses, estadounidenses y países del centro de Europa. En la prueba de Sprint por Equipos (competirá junto a Imanol Rojo) a ver si tenemos suerte y nos toca una semifinal rápida para intentar meternos en la final. Eso sí, lo que me hace mucha ilusión es la ceremonia de inauguración”, remata Vigo.

Martí Vigo llama la atención por su madurez. A sus 20 años, sobrecoge la entereza con la que cuenta por qué su padre es su ídolo, “por su forma de ser y de vivir. Estuvo diez años luchando contra el cáncer, pasó cuatro transplantes de médula y todos los días se le veía feliz, falleció el verano pasado”, apostilla sereno. Asegura que no tiene secretos, le gusta cocinar y dedicarle tiempo a preparar “un poco de todo, comida italiana, mejicana, sushi, arroz de todo tipo…, incluso, he hecho algún bizcocho o tarta y tengo debilidad por los dulces”, aunque si le preguntas por emular a Saúl Craviotto en MasterChef reconoce entre risas que “me da vergüenza. De momento no”. Se confiesa usuario de móvil “más de lo que me gustaría pero al estar viajando tanto, al final echas mano al móvil para pasar el rato”, reconoce Martí.

Entre sus aficiones destaca, “viajar, ver películas y series, leer, practicar ciclismo, correr por la montaña (en verano solía hacer carreras de montaña), el kayak…”, un chico completo al que le gustaría, alguna vez, “hacer la Gran Trail Aneto-Posets de 110 kilómetros como reto de acabarla. Sería más un reto mental porque es más de sobrevivir”, aclara. Cuando se retire le gustaría “haber terminado mi carrera de Fisioterapia (está en el tercer año) y ser entrenador del equipo de Esquí de Fondo de Benasque porque me gusta mucho el entrenamiento y trabajar con jóvenes”, asegura el esquiador aragonés.

15km Estilo Libre: Viernes 16 de febrero 7.00am (hora española). Eurosport1

Sprint Equipos Libre: Miércoles 21 de febrero 9.45am (hora española). Eurosport1

Terminar las dos pruebas con la sensación de haberlo hecho lo mejor posible y aprender para futuros JJOO

Twitter: @MartiVigo