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EEUU Esquí náutico

Eurosport
PorEurosport

Publicado 08/05/2009 a las 04:30 GMT

El esquí acuático forma parte de sus vidas desde que tenían cuatro años. Ahora, Guillermo y Álvaro Moreno de Carlos baten récords. Han destacado en un deporte olvidado en España, pero no en EEUU, donde el esquí náutico es uno de los 'deportes rey'.

Ni Guillermo ni Álvaro se imaginaban cuando a los 4 años se pusieron por primera vez los esquís que años más tarde dominarían los campeonatos de España. Aunque, teniendo en cuenta la trayectoria de su padre, Guillermo Moreno de Carlos, once veces campeón de España Senior, no es de extrañar que sus dos hijos rompan récords y se codeen con los mejores esquiadores del panorama internacional.
El pantano de San Juan ( Madrid) fue el lugar que vio nacer a estos dos grandes profesionales. Guillermo (Madrid, 1984) ocupa el primer puesto en el ranking nacional de saltos, sexto en Europa, y 19 en el mundo. Aunque también compite en slalom, figuras y combinadas, él se decanta por los saltos, la disciplina más espectacular pero al mismo tiempo, la más arriesgada. "El nivel de emoción y diversión es infinitamente mayor que cuando hago slalom o figuras. A parte de ser complicada y dura físicamente como el slalom o las figuras, los saltos además combinan el riesgo, la adrenalina y la sensación de volar. Es sin duda la disciplina reina del esquí náutico".
Su hermano Álvaro, tres años menor que él, sigue sus pasos. En 2008 se proclamó subcampeón de Europa por naciones, es el segundo en el ranking nacional de saltos, y el campeón de España Sub. 21 de combinada, figuras y saltos. Y también son los saltos su disciplina preferida. "Es una combinación de adrenalina, sensaciones increíbles en el aire, y retos personales constantes". Lo que empezó siendo una afición no tardó en convertirse en una forma de vida. "Mi padre nos empezó a llevar a campeonatos. A partir de ahí nos dimos cuenta de que teníamos posibilidades", señala.
De Madrid a Louisiana
Álvaro ha cambiado las tierras españolas por los lagos de Louisiana, en EEUU. "Decidí irme a EEUU cuando me ofrecieron una beca en la Universidad de Louisiana Lafayette para esquiar y estudiar al mismo tiempo. Ya había oído hablar de estas universidades con equipos de esquí así que no me lo pensé dos veces, sabía que era una oportunidad increíble. Ya han pasado casi cuatro años desde entonces y sigo pensando lo mismo", dice Álvaro.
Desde hace diez años, Guillermo también pasa largas temporadas en Louisiana. "El buen tiempo empieza antes que en España, por tanto es un buen sitio para hacer la pretemporada". Su adaptación ha sido "buena en todos los sentidos", porque entrena junto a otros deportistas de otros países.
A Álvaro le sucede lo mismo. "Cuando uno hace lo que le gusta da igual donde esté. La afición al esquí, las facilidades de poder esquiar todos los días e ir al gimnasio es algo que para mí no tiene precio. Hay muchas cosas que echo de menos de vivir en Madrid. El estar lejos de mi familia, el haber perdido contacto con muchos amigos de siempre es duro en algunos momentos. Lo bueno es que cuando termine la carrera podré pasar más tiempo en casa".
Guillermo reconoce que en EEUU se vive bien, pero no hace mucha vida social. "Estoy entrenando en un centro de esquí apartado de la civilización y muy centrado en lo mío". De Madrid echa de menos "todo: mi familia, la comida, el buen vino, amigos, el clima, porque aquí es muy húmedo y agobia".
Pero las facilidades que Álvaro encuentra en Louisiana no podría ni siquiera imaginarlas en España. "El número de lagos para esquiar en EEUU es mucho mayor que en España y el clima por la zona de Louisiana facilita mucho las cosas. En EEUU el esquí náutico tiene más seguimiento por diversas razones: hay mas tradición de deporte, se promociona más, y es donde todas las grandes marcas de esquíes y barcos residen. Sin embargo en los últimos 5 años el esquí náutico ha crecido enormemente en Europa facilitando mucho el poder ir a competiciones importantes sin necesidad de irse tan lejos".
En EEUU se apoya mucho más el deporte
Cuando está en Madrid, Álvaro se entrena en la escuela que ha creado su familia. "El verano pasado finalmente nos mudamos a una casa prácticamente a la orilla de nuestro lago y eso facilita mucho las cosas. Ya no es necesario coger el coche, simplemente asomarse por la ventana, dar diez pasos y ponerse los esquíes. Lo único es que el clima cálido en Madrid dura sólo ciertos meses mientras que aquí, en Louisiana, se puede esquiar durante todo el año".
Estas nuevas 'facilidades' hacen que Guillermo ya no encuentra tantas diferencias entre quedarse en casa o marcharse a EUU. Para él, la afición en España es menor que en Francia o Inglaterra debido principalmente a "la falta de cultura por este deporte y la tradición. Se necesitan varias generaciones de grandes esquiadores para que se cree tradición. A partir de ahí se crea la cultura de tomarse este deporte en serio, entrenando no sólo cuando hace sol y calor, y sobre todo metiendo a los niños desde pequeños fomentando y apoyando (por parte de la Federación y Gobierno) a los que tienen talento para llegar lejos".
Algo que ya ocurre en EEUU donde se apoya "muchísimo" el deporte en general. "En el caso del esquí náutico, en las universidades tienen equipos de esquí subvencionados que compiten entre ellos a lo largo y ancho del país".
En EEUU Álvaro compagina sus estudios en Dirección de Empresa con los entrenamientos. "A medida que me voy a acercando al final de la carrera se complica más, por eso es muy importante organizarse bien. La mayoría de las competiciones son en verano, así que no tengo problema con los estudios".
Cada día intenta hacer una media de tres o cuatro esquiadas, dos de saltos, una de slalom y una de figuras. "Dependiendo de la progresión o estado físico descansamos un día o dos a la semana, siempre con ejercicios de estiramiento y compensación. En el invierno voy al gimnasio prácticamente todos los días. Este entrenamiento se basa en cardio y resistencia, pesas, ejercicios de equilibrio combinado con fuerza y musculación para compensar los músculos que no se trabajan esquiando".
Su hermano tampoco escatima en entrenamientos. "Por lo general me doy de 2 a 3 esquiadas diarias. En ellas combino normalmente dos de salto y una de slalom, o dos de salto y una de figuras. Durante el invierno o la pretemporada también voy al gimnasio, corro y hago ejercicios específicos de potencia, equilibrio y coordinación".
Por el camino han quedado lesiones y malas experiencias que les han deparado momentos muy duros en su carrera profesional. "He sufrido dos operaciones, una de hombro y otra en el pie. A veces pequeños errores se pagan muy caros, pero no hay que ignorarlos ni dejar que te afecten, sino aprender de ellos y que te ayuden a no cometerlos de nuevo", señala Álvaro. "Las caídas forman parte de este deporte pero en saltos significan un paso atrás ya que son bastante duras física y psicológicamente. El dolor se va en unos días si no es grave pero mentalmente se crea un bloqueo que puede resultar difícil de superar al principio. Hay que pensar que es una modalidad con cierto riesgo; si quieres ir más lejos que los demás tienes que apurar más que los demás, asumiendo el riesgo que eso conlleva", añade Guillermo.
Madrid e Inglaterra, los mejores sitios en los que han esquiado
De todos los sitios en los que han esquiado, Álvaro se queda con su lago en Madrid, "es donde más tiempo he pasado y donde tengo todas mis memorias". El segundo sitio es Bennett's Ski School en Baton Rouge, Louisiana. "He entrenado mucho allí y cuando esquío en Bennett's me siento prácticamente como si estuviera en casa". Guillermo prefiere Lincoln, Inglaterra. "El verano pasado. Tuvimos las mejores condiciones para el campeonato y no se me olvidará un salto que di durante los entrenamientos de 66 metros, el más largo que he dado en mi vida hasta ahora".
En un futuro Álvaro seguramente acabe viviendo en España, "estaré yendo a EEUU a menudo mientras siga esquiando y compitiendo". De momento sus objetivos para este año son "subir en el ranking mundial y ser finalista en saltos en el Europeo de Dinamarca". Pero él es realista, sabe que no es posible vivir sólo a base de las competiciones de esquí, sino que hay que compaginarlo "llevando una escuela de esquí y entrenando a otros esquiadores".
Guillermo sueña con una medalla de oro. "Nunca se sabe donde va a acabar cada uno. Si Dios quiere y sigo la trayectoria que llevo, libre de lesiones, me veo con una medalla de oro en el podio de un Campeonato de Europa". Su intención este año es batir de nuevo el récord de España de salto (64.4 metros), quedar en el podio en el campeonato de Europa y estar entre los diez mejores en el campeonato del Mundo.
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