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Lewis recuperó el terreno

Eurosport
PorEurosport

Publicado 30/12/2008 a las 13:01 GMT

El británico se proclamó en 2008 el campeón mas joven en la historia de la Fórmula Uno, tras un final que parecía salido de un guión de película, mientras que Fernando Alonso hizo historia en Singapur al ganar la primera carrera nocturna en la temporada d

A punto estuvo de repetirse la historia un año después, pero en Interlagos el destino no ha quiso ser caprichoso con el británico y le permitió entrar en la historia de la Fórmula Uno con mayúsculas. Ser el campeón del mundo más joven en conseguirlo es un logro al alcance de muy poquitos y él ya lo tiene en su palmarés.
El año pasado acaparó notoriedad por sus continuas polémicas con su compañero de equipo, Fernando Alonso, pero lo cierto es que durante buena parte de la temporada puso al bicampeón contra las cuerdas. En la pista se hizo un nombre al sumar nueve podios consecutivos, sólo seis carreras para lograr su primera victoria y su primera pole le avalaban. Pero desgraciadamente para él se le apagó esa estrella que le iluminaba en el peor momento y tiró su primer mundial por la borda en las dos últimas carreras: salida de pista en China por arriesgar más de la cuenta cuando acariciaba la corona y en Brasil volvió a salirle todo mal. Fue entonces cuando muchos le recriminaron a McLaren que hubiera puesto todos los huevos en una misma cesta y que ninguneara a Alonso en sus aspiraciones de proclamarse campeón del mundo. Pero lo cierto es que el divorcio entre la escudería anglo-alemana y el asturiano era evidente y nada hacía entrever que Lewis dejase escapar el título en la temporada de su debut.
Pasó página del descalabro en Brasil
Este año todo parecía haber cambiado para el inglés: sin polémicas en el equipo, durante la primera parte del Mundial acalló las voces que ponían en duda que pudiera evolucionar el monoplaza. Consiguió la victoria en el arranque de la temporada en Australia, pero luego se le resistió hasta la sexta cita del campeonato en Mónaco. Hasta su coronación en el Principado monegasco las dudas empezaron a aparecer porque Ferrari se repartió los triunfos en esas cuatro carreras y, más aún, cuando el británico se llevó por delante a Raikkonen en la calle de boxes en Montreal. Fue sin duda el momento más crítico por el que pasó. A partir de ahí, McLaren y sus dos pilotos se repartieron las victorias en Gran Bretaña, dando Hamilton una auténtica lección de pilotaje sobre agua, Alemania y Hungría, beneficiándose Kovalainen de la rotura de motor de Felipe Massa cuando comandaba la prueba. Era la segunda vez que el propulsor del Ferrari del brasileño se rompía, la primera fue en Australia, los mismos abandonos por problemas mecánicos que ha tenido Heikki Kovalainen durante todo el año, por ninguno de su compañero de escudería.
Un año sin problemas mecánicos
Tras estas dos victorias del inglés, Massa respondió con otro doblete (Europa y Bélgica) y el inglés no volvió a saborear el triunfo hasta la penúltima prueba en China, el mismo escenario donde el año anterior había protagonizado una escena que quedará para la historia de este deporte al salirse en la entrada al pit-line y quedarse enganchado en la puzolana. Tras este triunfo y el bajón de Massa, que desde que venció en Spa no volvió a subirse al podio hasta Shanghai, el Mundial volvía a tenerlo Hamilton en su mano en la última prueba: sólo necesitaba ser quinto en Interlagos para no depender de lo que hiciera Massa.
Mismo guión y con la lección aprendida
El inglés decía en los días previos que había aprendido la lección del año anterior, pero se le veía más presionado que otras veces, y no era para menos, un título mundial estaba en juego y el fiasco del año anterior estaba todavía muy presente en la retina de todos. Interlagos es un circuito que se adapta perfectamente a los Ferrari, allí han ganado en los últimos tres años de manera consecutiva. Massa se apuntó el primer asalto al conseguir la pole, mientras que Hamilton se tuvo que conformar con la cuarta posición en la parrilla de salida, un resultado que de acabar así la carrera le servía para proclamarse campeón por primera vez. Pero la lluvia no quiso perderse el final de fiesta que se había preparado en Brasil y apareció cuando menos se la esperaba: justo antes de la salida, lo que obligaba a cambiar todas las estrategias y a retrasar el comienzo.
El semáforo rojo se apagó diez minutos después de lo inicialmente programado y tras la primera frenada Massa conservaba la primera posición y Hamilton su cuarta plaza. Hasta ahí todo marchaba normal, pero el inglés perdió a su fiel escudero Kovalainen que había cedido su posición primero con Vettel y luego con Alonso, algo que tampoco debía de preocuparle demasiado porque el alemán iba mucho más corto de gasolina que él y todavía se podía permitir perder otra posición para no ver peligrar su título. En McLaren fallaron y pese a tener las ideas claras: debían calcar la estrategia de Massa para evitar sustos, decidieron cambiar las ruedas de mojado por las de seco una vuelta más tarde de lo que lo hizo el brasileño. Esto perjudicó a Hamilton, que vio como tanto Alonso como Vettel le habían superado y el británico estaba contra las cuerdas por primera vez en la carrera: era sexto y esa posición no le servía para ganar el mundial.
La lluvia lo animó todo
La carrera se tranquilizó tras un comienzo eléctrico y Hamilton fue recuperando posiciones hasta colocarse cuarto. El piloto de McLaren estaba más cerca de lograr el objetivo pero a seis vueltas para el final volvió a aparecer la lluvia y otra vez los nervios. Esta vez fue Massa el que cambió de gomas una vuelta más tarde que su rival, pero aún así aguantó en la primera posición. Sin embargo, Hamilton veía como Vettel llegaba como un tiro por detrás y como ya había perdido otra posición con Glock, que decidió no cambiar de neumáticos y jugarse así sus opciones de lograr algo grande en este cierre de temporada. El alemán de Toro Rosso, monoplaza equipado con motores Ferrari, se la jugó y adelantó a Hamilton, con lo que el inglés ya era sexto y sólo quedaban dos vueltas para cruzar bajo la bandera de cuadros. La lluvia siguió cayendo con fuerza y Glock era incapaz de mantener su Toyota en la pista con gomas de seco. En Ferrari y en el circuito celebraban el título de su piloto, las caras largas se quedaban en McLaren, pero a falta de menos de un kilómetro para cruzar la línea de meta Hamilton adelantó a Glock y recuperaba la quinta posición, algo que pocos se dieron cuenta en directo. El inglés pasó bajo la bandera de cuadros….y su nombre apareció en quinta posición en la pantalla de tiempos. Hamilton lo había conseguido, aún así necesitó preguntárselo a su equipo para confirmarlo: "¿Lo tenemos, lo tenemos?". Sí, lo tienes Lewis. Enhorabuena.
Alonso, temporada más que digna
Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas y hasta la segunda mitad del campeonato Alonso parecía que iba camino de confirmarlo. El terreno perdido por Renault la temporada anterior fue decisivo e impidió que el asturiano pudiese estar luchando por entrar en el podio cada carrera. El bicampeón se tuvo que conformar hasta el ecuador de la campaña con luchar por entrar en la Q3 y luego en los puntos.
Sin embargo, todo cambió en Singapur. La primera carrera nocturna en la historia de la Fórmula Uno supuso el resurgir de Fernando Alonso. La suerte que le había sido esquiva durante todo el año le vino a ver en el mejor momento y pudo saborear una victoria histórica bajo los focos de Singapur.
Repetía victoria Alonso en Japón, finalizaba quinto del mundial, y en la segunda mitad de la temporada fue el tercer piloto que sumo mas puntos, dos menos que Hamilton y uno menos que Massa. La evolución del R28 había llegado muy tarde para luchar por el título. En 2009 la historia será muy diferente.
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