Cronología de la guerra abierta entre estrellas del deporte y el presidente Trump

Rodilla en tierra, cogidos por los brazos o incluso negarse a salir del vestuario hasta no finalizar la interpretación del himno. Son formas de protesta cada vez más habituales en los prolegómenos de eventos deportivos, prolongación de las que tienen lugar en el espacio político desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Una controversia política que no cesa de extenderse a todos los sectores sociales.

Todo arrancó la semana pasada cuando el presidente Donald Trump declaró su absoluto rechazo a este tipo de protestas como “una grave falta de respeto a la bandera de Estados Unidos”, conminando a los propietarios de los equipos a despedir de inmediato a esos jugadores. Lo hizo además de la forma más agresiva posible: “Sacad a ese hijo de… ¡Sacadlo!”.

A la polémica con los jugadores NFL se sumó otra más con destino a la NBA. Todo arrancó con las dudas de Stephen Curry sobre si acudir a la tradicional visita a la Casa Blanca de los equipos campeones. "Ir a la Casa Blanca se considera un gran honor para el equipo campeón. Stephen Curry está dudando. Por tanto, ¡la invitación se retira!", afirmó Trump en Twitter.

Horas después el equipo de Curry, Golden State Warriors, emitía un comunicado anunciando que renunciaban a visitar la Casa Blanca, aprovechando su viaje a Washington para celebrar otro tipo de acto, en favor de "la igualdad, la diversidad y la inclusión".

"Aceptamos que el presidente Trump ha dejado claro que no estamos invitados", reconocían los Warriors, que se declararon "decepcionados".

La NBA también emitió un comunicado a través de su máximo mandatario, Adam Silver.

La estrella de los Cavaliers, LeBron James, abrió entonces el fuego de las reacciones, que se vieron multiplicadas tras las duras palabras de uno de los grandes líderes de opinión en el deporte estadounidense. En su cuenta de Twitter, James, que ejerce además de vicepresidente de la Asociación de Jugadores de la NBA, llamó a Trump "holgazán" y le espetó que "¡Ir a la Casa Blanca era un placer hasta que llegó usted!".

No pocos jugadores y protagonistas de la NBA, Chris Paul, Mark Cuban, la plantilla de los Warriors y su entrenador Steve Kerr, se sumaron en apoyo a las críticas de James por las palabras de Trump.

Diversos jugadores y cargos en la NFL y otras ligas respondieron a las palabras de Trump de manera casi unánime. El pasado año, el afroamericano Colin Kaepernick (entonces jugador de los San Francisco 49ers y actualmente sin equipo) activó la controversia al no levantarse para rendir pleitesía al himno nacional antes de un partido. "No me voy a levantar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y de color", explicó entonces Kaepernick.

El comisionado de la NFL, Roger Goodell, aseguró en un comunicado que los comentarios del mandatario son "divisorios" y suponen una "desafortunada falta de respeto".

En la tercera jornada de competición algunos jugadores de Ravens y Jaguars, disputado en Wembley, se arrodillaron durante la interpretación del himno nacional de Estados Unidos, mientras que se levantaron para escuchar el de Inglaterra. El entrenador en jefe de los Ravens John Harbaugh, el de los Jaguars, Doug Marrone, y el dueño del equipo de Jacksonville, Shad Khan, estuvieron con los brazos cogidos junto a los jugadores.

Tras estos hechos el presidente volvió a la carga a través de Twitter. En su cuenta señaló que estaba contento de ver a tantos jugadores de la NFL unidos con sus brazos mientras también desacreditaba a los que se arrodillaban.

En ese mismo sentido, la reacción de numerosos aficionados en todos los campos ha sido de abucheos generalizados contra las acciones de los profesionales de la NFL y sus directivos, por lo que la división es completa y corre riesgo de extenderse a la hermana NBA.

El último movimiento de la NFL atañe al anuncio de 60 segundos llamado "Inside These Lines" durante la jornada estelar del domingo. La NFL lo describe como un vídeo que "demuestra el poder del fútbol americano para unir a las personas", algo que ahora mismo está muy lejos de que se dé inclusive dentro de su propia organización y del deporte profesional que representan.

En todo caso, la controversia en el deporte profesional estadounidense con el presidente Trump de fondo no ha hecho más que comenzar.