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Blog Julio García Mera: El poder de los de abajo

Julio García Mera

Actualizado 13/04/2018 a las 10:39 GMT

¿Debes defender los saques de esquina al hombre o en zona?¿Con quién te debes emparejar nada más comenzar un partido?¿Estás siempre obligado a hacer ayudas?

Futsal

Fuente de la imagen: Getty Images

A pesar de que la pista es plana, están los que juegan arriba y los que juegan abajo. Si te vas a dedicar a jugar en el terreno supuestamente ubicado en el plano inferior, ten en cuenta que serás el que dé seguridad a los demás. Esto supone que serás una especie de telefonía movil: dando cobertura siempre al resto del mundo. Y cada vez que falles, te encontrarás con muchas hojas de reclamaciones.
Ya ves, querido defensor, que no es un trabajo fácil.
Si tu entrenador te dice que flotes en defensa y no concreta si debes hacerlo en zona o al hombre, recuerda que debes decidir tú. Para eso llevas años entrenando. Para tomar decisiones. Y para que la decisión sea la más correcta aquí van algunos consejos que me han dado los mejores defensores del futsal:
Defiende en voz alta: que te oigan, que te escuchen, que te vean como un gigante aunque seas un molino. No pares de hablar. Con tu voz y con tu cuerpo. Que tus compañeros más alejados sean tus vecinos. Hazte grande para achicar espacios.
Nada más comenzar el partido, emparéjate con el mejor del equipo rival. Así, a partir de ese momento, todo será cuesta abajo.
Toca al rival, pero no le agarres. Contacta con él, pero no le facilites un punto de apoyo. Protege al rey, pero no descuides a la plebe. Ayuda a tus compañeros, pero barre tu portal antes. Maneja las tres distancias, pero nunca le concedas un centímetro de más. Abrígate o destápate, pero elige dónde, cuándo y cómo defender: la frontera la marcas tú. Acoso o contención, presión o repliegue: tú decides, pero que cada movimiento de ataque lleve implícito el equilibrio en defensa. En zona, al hombre o mixta: tres formas de conseguir el fondo, pero no dejes de pensar: ¿Por qué hago una ayuda o por qué no debo hacerla? Recuerda que es tan malo no hacer una ayuda como llevar a cabo una ayuda que no es necesaria. Arriesga cuando seas el ala contraria, pero no pierdas de vista a tu pareja de baile. Amaga, finta, engaña a tu rival con el cuerpo: oblígale a cometer no sólo errores tontos, sino también errores inteligentes.
Sé generoso. Sé poderoso.
Sé tú, pero no otro.
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