Al fútbol juegan once contra once y siempre gana Alemania

A su derecha, Pedro Escartín, mito del fútbol patrio (exjugador, exentrenador, exárbitro, exdirectivo y periodista); a su izquierda, su maestro, Julián García Candau, Director de Deportes de EFE y el mejor periodista de España.

Empieza el partido. No hay goles entre Argentina y Alemania Federal (todavía no se había certificado la reunificación germana del 3 de octubre) marcado por los silbidos al himno argentino que han calentado a Diego Armando Maradona. Pero los alemanes apuntan mejores maneras para ganar. Descanso.

Entonces uno, el que esto escribe, se marcha al baño y se cuela como sin querer por mor de la acreditación y la audacia propias de la juventud en la zona noble del estadio olímpico romano. Y es allí cuando se producen los 60 segundos más inesperados, cuando comparte micción con Gary Lineker, a la izquierda, y Karl-Heinz Rummenigge, a la derecha, todos a lo suyo en los clásicos urinarios de pared individuales.

Extasiado por la cercanía de los ídolos, el joven periodista se propuso seguir siempre la pista de ambos fenómenos, el primero inglés y el segundo alemán, y quizás, quien sabe, fue allí donde en esos instantes de alivio ante la blanca pared de azulejos de baño a Lineker le fue madurando su mítica frase que pasaría a la posterioridad, más aún cuando, ya de vuelta a la tribuna, se certificaba el triunfo germano en el Mundial de 1990 con el penalti de Codesal y la transformación de Andreas Brehme: "El fútbol es un deporte sencillo, 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos, hay un árbitro que comete un montón de errores y al final los alemanes siempre ganan".

Y es que Alemania, rival de España este próximo martes en el amistoso de Balaídos, tiene un palmarés tan glorioso que es uno de los gigantes del balompié mundial con cuatro Copas del Mundo (1954, 1974, 1990 y 2014) y, aunque no gana siempre, existe el convencionalismo de que si alguien lo hará, serán ellos.

@ivancastello